13.1.05

¿Cuál es la Perspectiva del Budismo sobre la Duda en la Fe?

Por Ted Morino
Consejero del Dpto. de Estudio de la SGI-USA
WT.'Spanish Pages', noviembre de 1999.

Traducción del World Tribune.25 de junio, de 1999, pág.6.
Enviado por A. Schulte a Cristina Valarino- 2000

Pregunta:¿Cómo debemos ver la duda en la fe, desde la perspectiva de nuestra práctica budista?

Respuesta: En el Budismo, la duda es definida como uno de los cinco venenos de la vida (los otros cuatros son la avaricia, la ira, la estupidez y la arrogancia.)
Mediante nuestra práctica budista tratamos de establecer una fe inquebrantable -sin ninguna duda- Pero es de gran importancia comprender que en el Budismo, una fe sin duda no quiere decir una fe ciega e incuestionable.

Una fe sin duda es una condición de vida en la cual estamos totalmente seguros y cómodos en nuestra creencia. Por supuesto, no es un estado estático, en esta condición de confianza continuamos nuestros esfuerzos para profundizar nuestro entendimiento del Budismo y fortalecer nuestra fe, o sea, nuestro estado de vida.

Sin embargo, nuevas dudas siempre pueden surgir. Pero también es posible que nuestra naturaleza iluminada siempre pueda ganar sobre las nuevas dudas hasta el punto en que podamos establecer una convicción absoluta en la Ley Mística, tal como el ejemplo dado por Nichiren Daishonin.

Cuando los creyentes hacían preguntas a Nichiren Daishonin sobre los principios del Budismo, el Daishonin antes que nada, elogiaba el espíritu de búsqueda de ellos. El agradecía la oportunidad que cada pregunta le brindaba para poder aclarar un aspecto esencial de su enseñanza. Sin preguntas, no podría haber respuestas.
Con esto como base, quiero compartir tres puntos del Capítulo 6 de Gran Concentración y Discernimiento citados por Tien-t’ai como obstáculos que estorban nuestra práctica budista.
Ellos son: 1) Desconfianza de sí mismo,
2) desconfiar del mentor de uno y
3) dudar de la Ley Mística.

Desconfianza de sí mismo es la peor de las dudas. En cuanto a esto, Tien-t’ai declara, “La falta de fe en sí mismo significa que usted se menosprecia a sí mismo, pensando que no es merecedor y capaz de poder llevar a cabo la práctica budista.” De esta manera, señala como la desconfianza de nosotros mismos puede prevenirnos en lograr beneficios y puede llevarnos hasta el punto de abandonar nuestra práctica budista.
Lamentablemente, estamos viviendo en una época de escepticismo, en la cual es muy fácil para la gente desconfiar de todo, comenzando con ellos mismos. Mucha gente no tiene confianza en la política, educación, la prensa, religión y hasta la misma raza humana. Esta “lista de desconfianza” sigue creciendo sin límite. Sin embargo, al tope de dicha lista, está la desconfianza de sí mismo. Así que vemos aquí, un ciclo vicioso: La desconfianza en uno mismo afecta desfavorablemente nuestro ego y auto-estima, lo cual últimamente degrada la sociedad aun más. Una de las grandes metas del Budismo es eliminar la desconfianza de sí mismo de la faz de la tierra y ayudar a cada individuo establecer una verdadera confianza en sí mismo.

El presidente Ikeda una vez dijo: “ Porque no es fácil tener confianza en uno mismo, ponemos confianza en el Gojonzon, de esta forma hacemos nuestra fe en la Ley Mística la base de nuestra confianza, dicho de otra manera hacemos ‘nuestra innata Budeidad’ que es nuestra verdadera identidad la base de nuestra confianza.” Por el contrario, podemos ver aquí otro circulo vicioso, si somos la clase de persona que no puede tener confianza en sí mismo, en consecuencia no podemos tener confianza en nuestro mentor o la Ley Mística de todo corazón. Esta es la razón por la cual somos alentados a practicar y a estudiar espontáneamente para nuestra propia revolución humana. Llevando a cabo nuestra práctica budista con buenos amigos, es un gran medio que nos ayuda a tornar nuestra falta de confianza en convicción. El desafío que todos tenemos es fortalecer nuestra fe utilizando todos los medios posibles para así hacerlo. El Budismo nos guía a abordar nuestras debilidades en cada aspecto de nuestras vidas.

El Budismo nos enseña que podemos tener confianza en la belleza y el potencial supremo de nuestras vidas. Nichiren Daishonin nos enseñó cómo trascender nuestro ‘yo pequeño’ o superficial y despertar al ‘yo superior’ que existe en cada uno de nosotros, el ‘yo superior’ que yace en el nivel más profundo de nuestro ser-Nuestra Budeidad, La Novena Conciencia.

“Yo siempre hacía sólo mi propia cosa. Pero ahora, puedo orar por la felicidad de otros.” O “tengo esperanzas para el futuro.” O “lo voy hacer en vez de preocuparme, pensarlo o solamente desearlo.” Frecuentemente, escuchamos declaraciones similares en las reuniones de diálogo de la SGI-USA. El altruismo trasmitido o la fuerte determinación hacia el futuro señalado por tales declaraciones son prueba real de la confianza en sí mismo adquirida mediante esta práctica.

Los siguientes son datos y consejos que pueden ser entresacados del principio de La Novena Conciencia para que podamos incrementar la confianza en nosotros mismos y desarrollar una práctica budista más fuerte.

Primero, Debemos simplemente hacer el esfuerzo consciente de entonar daimoku con un sentimiento de confianza en el Gojonzon. Entonces, debemos ejercitar un 100% en los esfuerzos de afrontar los desafíos de nuestra vida cotidiana. Esta combinación de oración y acción nos capacitará para que podamos ganar sobre los pequeños asuntos que se nos presentan día por día, y de esta forma adquirir confianza en nosotros mismos.

Segundo, a medida que conscientemente continuamos haciendo tales esfuerzos, ellos gradualmente serán parte de nuestra forma de ser, lo cual significa que empezaremos subconscientemente a tener confianza en nosotros mismos (la séptima conciencia).

Tercero, al continuar este proceso, tener confianza en nosotros mismos se convertirá en nuestra inclinación natural, lo cual es llamado el Karma (la octava conciencia).

Cuarto, El Budismo enseña que a la vez que continuamos practicando con tales sentimientos positivos en nuestro corazón y pensamientos en nuestra mente, nuestra alegría y confianza en nosotros mismos emana de una forma en la cual verdaderamente disfrutamos nuestra vida, experimentamos la alegría de la Ley. Esta es la prueba de que hemos fortalecido o manifestado nuestra Budeidad (La Novena Conciencia). En esta condición nuestra confianza en nosotros mismos es inquebrantable. La duda se ha convertido en algo extraño para nosotros.

El presidente de la SGI Daisaku Ikeda dice: “Quienes tengan un espíritu de búsqueda siempre estarán radiantes, optimistas y alegres. Debemos darnos cuenta de que sólo mediante un espíritu de búsqueda es que podemos pulir y profundizar nuestra fe. Esto no es solamente una realidad en el ámbito de la fe. En cualquier intento, el espíritu de búsqueda de uno es lo que determina todo.

El primer paso que debemos dar para deshacernos de la duda en la fe está muy claro en el Budismo: Comienza a la vez que incitamos nuestro espíritu de búsqueda.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias !

Anónimo dijo...

Gracias