9.8.05

El Mecanismo de las Funciones Negativas de la Vida

El Mecanismo de las Funciones Negativas de la Vida
Por Ted Morino
Vice Director General, Los Angeles

linazul1t.jpg (2582 bytes)

Con frecuencia, la gente comienza a practicar Budismo en la SGI en busca de beneficios. Tienen la expectative que algo grandioso – adquisicion material, mejoria en las relaciones con los demas, un romance, vencer alguna condicion cronica – no solo ocurrira, sino que ello hara que aumenten los niveles de felicidad. Mientras que, de hecho, la practica produce beneficios, igualmente nos toparemos con diversos obstaculos, tanto internos como externos. Para mejor equiparnos para lidiar con estos obstaculos – los que el Budismo denomina demonios o funciones malvadas seria de ayuda el que ampliaramos nuestro entendimiento de la vision budista sobre el bien y el mal.

Las doctrinas de lo no-material. Camino del Medio, y origen dependiente, cada cual corrobora la interconexion entre todo ser viviente. El Budismo, que considera que todo fenomeno es expression de la Ley Mistica, de igual manera considera que el bien y el mal – la iluminacion y el engano fundamental – surgen de la realidad maxima de la vida. Ademas, el Budismo explica que el bien y el mal son mutuamente incluyentes – no pueden existir independientemente.

No se puede enfatizar con suficiente firmeza que los terminos Budeidad y funciones malvadas (o demonios) no son conceptos alegoricos. Estos terminos se refieren a fuerzas reales que, de momento a momento, impactan nuestras vidas – la Budeidad nos impacta creativamente, mientras que las funciones malvadas nos impactan destructivamente.

Cuando cultivamos nuestra cualidad inherente del bien (la Budeidad), son desplazados el mal y la ignorancia, que tambien son inherentes y, por tanto, hacen esfuerzos por restabelecerse. Esta interaccion entre iluminacion y funciones malvadas – o, como lo relata el Sutra del Loto, entre Shakhamuni Buda y Devadatta – constituye un tema budista fundamental.

En vez de la familiar imagen placida que proviene de las estatuas, Buda, como utiliza Nichiren Daishonin el termino, denota la condicion de vida suprema cuya grandeza, plenitud, hermosura, vitalidad, y totalidad no se puede expresar adecuadamente en palabras. Aunque podamos experimentar la Budeidad, esta se encuentra mas alla de nuestra habilidad para comprenderla a plenitud, describirla, o siquiera imaginarla. Esta condicion es la piedra angular de la felicidad y libertad que toda persona anhela, asi que nuestra practica budista podria definirse como el proceso de construir o expandir la condicion de vida de Buda desde lo interior.

Mientras que el termino demonio nos hace evocar la aterradora y execrable personificacion del mal que se conoce en las religiones occidentales, en budismo demonio significa una fuerza poderosa que obstaculiza tanto nuestra practica, como el flujo de kosen-rufu. El Daishonin divide las funciones malvadas en dos clases – las que evitan que el endividuo alcance la Budeidad, y las que obstaculizan la propagacion de la Ley.

El Budismo designa nuestra era actual como el Ultimo Dia de la Ley, donde “Ley” indica las ensenanzas de Shakyamuni. En estos tiempos, se dice que las ensenanzas de Shakyamuni disminuyen en cuanto a la capacidad de llevar a la gente hacia la iluminacion, lo que convierte a esta era en una corrupta donde las fuerzas malvadas se intensifican y el conflicto abunda. En esta era tambien surge una forma de Budismo mas condensada y universal que permite a toda persona despertar del sueno del engano fundamental. Por tanto, el advenimiento del Daishonin cumplio con la profecia del sutra; la aplicacion universal del Sutra del Loto que el hace constituye el medio perfecto para que nosotros hagamos un llamado a las fuerzas de Buda para derrotar las fuerzas de la negatividad.

Ahora bien, examinemos algunas de las caracteristicas de las funciones malvadas con las que tenemos que lidiar.

Los demonios se originan en nuesto engano fundamental

En “El tratamiento de la enfermedad”, el Daishonin escribe lo siguiente: “La oscuridad fundamental se manifiesta como el rey demonio del sexto cielo” (The Writings of Nichiren Daishonin , Pag. 1113)

Al aclarar que el sexto es el cielo mas alto en el mundo del deseo, el explica que “Este mundo es el dominio del rey demonio del sexto cielo. Todo el pueblo ha estado bajo el gobierno de este rey demonio desde el tiempo sin comienzo”

(“Carta a los hermanos”, WND, Pag. 495)

Este “rey demonio” – nuestro engano fundamental innato funciona insidiosamente para erosionar nuestra fe y confianza, al surgir para contrariarnos, justo cuando estamos por alcanzar un avance sustancial en cuanto a cambiar nuestro destino, o cuando el movimiento por kosen-rufu esta presto a avanzar. Conscientes de esta dura realidad podemos escapar del caos causado por esta influencia malvada.

El presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, ha escrito que “No debemos permitir que las funciones malvadas logren adentrarse. Es justamente como lo indica el Daishonin en ‘Sobre las persecuciones que se desatan contra un sabio’ cuando dice: ‘Fortalezcan su fe, dia a dia y mes tras mes. Si disminuyen, aunque sea un poco, los demonios se aprovecharan’.

(“Sobre las persecuciones que se desatan contra un sabio”, WND, 997)

“Las funciones malvadas no pueden penetrar las vidas de quienes nunca titubean en sus esfuerzos, ni de quienes permanezcan siempre alertas mientras avanzan y luchan valientemente por derrotar esas fuerzas negativas. Hay que tener la sabiduria para discernir la presencia del mal y erradicarla con firmeza. A menos que no aplastemos las fuerzas malvadas totalmente, el poder que tienen asediara y erosionara nuestras vidas”. (Tomado del discurso, “Nuestras determinaciones en este momento concretan las bases de nuestro futuro”, Sapporo, Hokkaido, 20 de agosto de 1994)

Consciente de las funciones malvadas, tanto internas como externas, Buda se mantiene firme. Practicamos Budismo Nichiren diariamente para solidificar nuestra Budeidad innata, para permancecer inmunes a las fuerzas negativas.

Emerger de forma confusa

Asimismo, en “Carta a los hermanos”, el Daishonin cita un pasaje de great Concentration and Insight (Gran concentracion y discernimiento) del Gran Maestro T’ient-t’ai: “A la vez que progresa la practica y crece el entendimiento, de forma confusa emergen los tres obstaculos y los cuatro demonios, en rivalidad entre si para interferir….No hay por que permitir que nos influencien, ni que nos atemoricen” (WND, 501)

A veces, quizas sintamos decir: “Hoy sencillamente no tengo deseos de hacer daimoku”, o “No quiero hablar con ese/esa responsable”, o quizas, “Por que me siento tan alicaido?” Influenciados por el engano interior, carecemos de motivacion, lo que constituye una forma de malestar espiritual. Pero si continuamente tratamos de revitalizar nuestra fe, podemos lidiar efectivamente con la negatividad en nuestro interior.

Recibir aliento de nuestros mayores en fe es de particular ayuda, especialmente la gran cantera de material que componen los escritos, alocuciones y orientaciones de nuestro mentor en fe.

Entrar en las mentes de los practicantes, asi como en las mentes de quienes se oponen a los practicantes. En “Carta a Misawa”, Nichiren Daishonin escribe lo siguiente: “Cuando una persona comun en la era posterior esta presta a alcanzar la Budeidad, tras haber comprendido la esencia de todas las sagradas ensenanzas de la existencia de Buda, asi como entendido el corazon de la importante ensenanza presentada en Gran concentracion y discernimiento, este demonio se sorprende enormemente.

Dice a si mismo: “Que contrariedad. Si permito que esta persona permanezca en mi dominio, no solo se liberara de los sufrimientos de nacer y morir, sino que tambien llevara a otras personas hacia la Budeidad. Ademas, sea apoderara de mi reino y lo transformara en una tierra pura. Que hago?” Ahi el rey demonio convoca a todos sus subalternos del mundo tripartito de deseo, forma y amorfia, y les dice: ‘Ahora mismo, cada uno de ustedes vaya y segun sus respectivas habilidades hostigue a ese devoto. Si fracasan en hacer que abandone la practica budista, entonces entren el las mentes de sus discipulos, seguidores laicos, y la gente del pais, y por ese medio traten de persuadir o amenazarle. Si estos intentos tampoco fructifican, yo mismo descendere y poseere la mente y cuerpo del soberano para que persiga al devoto. Juntos ustedes y yo, como podremos fracasar en evitar que el devoto alcance la Budeidad” (WND, 804-895)

Para repetir, cuando estamos prestos a alcanzar la Budeidad, sutilmente, pero con fuerza, emergen los demonios desde lo interior, asi como desde lo exterior. Aparecen sin fallar cuando la gente practica correctamente y el kosen-rufu se mueve hacia delante. El Daishonin continuamente nos alienta que cuando los demonios entren en las mentes de practicantes budistas, o en las mentes de quienes nos persigan, no debemos permitir que nos influencien, ni que nos atemoricen. (Ver WND, Pag. 501)

Al contrario, el Daishonin nos ensena que la clave para derrotar estas influencias es comprender que aparecen como parte del curso natural de los eventos, y para que mantengamos nuestra valentia en la fe.

Un indicador de que fuerzas malvadas ocupan nuestra mente seria el ser incapaz de sentir jubilo al practicar nuestra fe. Cuando nos sentimos melancolicos, podriamos hasta distanciarnos del flujo del kosen-rufu; es decir, de las fuerzas de Buda.

El actual asunto del templo provee un claro ejemplo de fuerzas negativas cuando ingresan en las mentes de quienes pretenden perseguirnos. El presidente Ikeda ha dicho que “Ya que el movimiento en pro del kosen-rufu ha hecho un progreso sin precedents, ‘un demonio sin precedents, en conjunto con sus secuaces malvados’, ha emergido, exactamente como se indica en los escritos de Nichiren Daishonin. Este demonio o Diablo celestial ha ingresado en las vidas de los discipulos y discipulas de Buda, y de sacerdotes de alto rango, especialmente Nikken, cuyo cargo sacerdotal es el mas alto. Como lo afirma claramente el Daishonin en ‘Carta a Najo Hyoe Hichoro’; “El gran demonio ha emergido en la forma de nobles sacerdotes’ (WND, Pag. 1497) Nosotros en la SGI nos basamos en el Gosho y en los escritos de Nichiren Daishonin; y somos consistentes en nuestra busqueda de kosen-rufu. Mientras hemos observado que Nikken y el clero funcionan como demonios, nosotros jamas hemos retrocedido en nuestra marcha hacia kosen-rufu”. (Seikyo Shimbun, 9 de mayo de 1998).

Norimasa Saito, encargado en la SGI del buro de los EE.UU. nos visito el ano pasado, y nos aconsejo como sigue: “Es vitalmente importante que cada miembro de la SGI discierna la influencia negativa que al presente nos llega del clero de la Nichiren Shoshu. El espiritu de proteger al pueblo de esta influencia debe ser la base de todos nuestros esfuerzos por promover el kosen-rufu.

Ciertamente, ahora es el momento para ponderar, y poner en practica, el verdadero significado del pasaje de ‘Sobre establecer la ensenanza correcta para la paz de la tierra’ que lee como sigue: ‘En vez de ofrecer diez mil oraciones en pro de un remedio, mejor seria sencillamente prohibir especificamente este mal”. (“La apertura de los ojos”, WND, 278).

El emerger del demonio es cosa buena

El Daishonin escribe que “Buda y Devadatta son como una forma y su sombra existencia tras existencia permanecen sin separar”. (“La apertura de los ojos”, WND, 278)

Tambien declara que “Algo extraordinario ocurre cuando una persona comun alcanza la Budeidad. En ese momento, los tres obstaculos y los cuatro demonios invariablemente se manifestaran, y los sabios se regocijaran, mientras que los insensatos se retiraran” (WND, 637)

Desde esta perspectiva, la manifestacion de las funciones malvadas significa que esta en proceso de cambio lo que pensabamos era nuestro destino fijo; significa que estamos en proceso de eliminar la raiz causativa del engano. Al fortalecer nuestra fe y practicar hasta el punto en que emergen las influencias malvadas y las vencemos, abrimos nuestras vidas a un nueva dimension de la Budeidad, asi como a una grandiosa buena fortuna.

Como cuestion de hecho, el conflicto con el templo no desaparecera pronto. Con toda probabilidad continuara, y hasta se intensificara. Sin embargo, en vez de dudar de nuestra fe o nuestro movimiento, podemos ver la lucha contra la influencia del templo (cuya perspectiva erronea ha sido ampliamente resenada en estas paginas y en otras publicaciones) como el escenario perfecto donde actuar y conquistar las funciones negativas dentro de nuestras propias vidas.

Nuestra budeidad es la clave para derrotar las influencias malvadas

La budeidad no es un concepto abstracto. Es un estado de vida que manifestamos en la realidad, mientras luchamos con los asi llamados “nueve mundos inferiors” – Infierno, Hambre, Animalidad, Ira, Humanidad, Paraiso, Aprendizaje, Comprension, y Boddhisattva – con sus respectivas caracteristicas de sufrimiento, frustracion, miedo o cobardia, furia, tranquilidad, extasis, inteligencia y preocupacion e interes por los demas.

En medio de las terribles condiciones de vida en Isla de Sado, Nichiren Daishonin escribio lo siguiente: “Debido a que ve las cosas de esta manera, siento un immensurable deleite, aunque al presente sea un exilado”. (WND, 386)

En comparacion, cuan bien nos va a cada cual de nosotros? Trascendemos nuestras influencias negativas y experimentamos jubilo immensurable? O sucumbimos sin siquiera darnos cuenta que nos han desviado de ruta? El continuamente hacernos estas preguntas durante el viaje de fe de nuestra vida es crucial para liberar nuestra Budeidad innata, que es el mayor de los tesoros de nuestro corazon y la fuente de los demas tesoros.

Igualmente vital es que incluyamos en nuestra preocupacion a quienes luchan contra la misma oscuridad interna. El Sutra del Loto constantemente se cuestiona “Que es la Budeidad?” y “Como se puede salvar a la gente aqui y ahora, con que ensenanza, y de que manera?” Cada capitulo expresa la subyacente compassion y humanismo del Budismo.

Estrictamente, somos budistas solo hasta el punto en que sinceramente consideramos estos planteamientos fundamentales. Si detenemos nuestra labor por vencer nuestra oscuridad fundamental y dejamos de tratar de ayudar a los demas, nuestra condicion de vida se deteriora y nos tornaremos receptivos a las influencias negativas. Por anadidura, nos volveriamos susceptibles a ideas diametralmente opuestas al Budismo. En caso extremo, podriamos hasta comenzar a funcionar como enemigos del Budismo. Con frecuencia, la transformacion de budista a no-budista es sutil, una que comienza con la mas pequena fisura en nuestra actitud, cuando reducimos los esfuerzos por buscar nuestra propia iluminacion o por vivir de manera altruista.

Por otro lado, cuando enfocamos en derrotar las influencias malvadas, al extender nuestra compassion hacia los demas, nuestra fuerza vital aumentara, lo que generara progreso en cada aspecto de nuestra vida. El progreso del kosen-rufu recorre la misma ruta que nuestra felicidad individual. Cada aspecto de nuesto movimiento depende de esfuerzos denodados por derrotar las influencias malvadas.

Doquier que haya vida, las funciones del demonio y el poder de la Budeidad competiran entre si. En nuestras vidas, el Budismo se reduce a esta batalla real entre las fuerzas del mal y las fuerzas de Buda. El Daishonin declara que “Lo que importa es el corazon”. (“El tambor en la Puerta de Trueno”, WND, 949) Por tanto, Budismo es vencer o perder. Esto sobrepasa por mucho los rituals y formalidades que con frecuencia se asocian con las ensenanzas budistas.

Buda continuamente lucha contra las fuerzas malvadas, al siempre buscar la verdad de la Budeidad para evitar caer en el reino del anti-Budismo. De todos modos, alcanzamos la Budeidad, nuestra meta maxima como budistas, por via de continuamente derrotar las funciones malvadas dentro de nosotros mismos, y al ayudar a que los demas lo hagan tambien.

Como nos explica el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda: “Budismo es una lucha entre Buda y las fuerzas del mal. Solo al culminar una batalla con fuerzas malvadas es que podemos derrotar la negatividad dentro de nuestras propias vidas y acceder nuestra naturaleza de Buda. En nuestras vidas, solo cuando vencemos el mayor de los males es que creamos el mayor de los bienes. No existe otra manera que esta para alcanzar la iluminacion y ganar fortuna eterna”. (Tomado del discurso “Los lideres tienen que desarrollar una mente buscadora para trabajar en pro de los demas”, Tokio, Japon, 2 de abril de 1994).

La no-materialidad

Concepto budista fundamental que tambien se traduce como vacio, la nada, latencia o relatividad. La palabra sanscrita significa vacuidad, vacio y carente. Se trata del concepto de los fenomenos no tienen una naturaleza fija e independiente, asi como tampoco existencia propia. La no-materialidad no es negativa, ni rechaza lo terrenal, sino que ensena la importancia de percibir la verdadera naturaleza de los fenomenos, los que en la superficie son transitorios. Los sutras Sabiduria desarrollaron el concepto Mahayana de no-materialidad y, basado en estos sutras, Nagarjuna lo sistematizo. Este concepto se origino en conexion con los conceptos de origen dependiente y la no-existencia de una naturaleza propia. Origen dependiente significa que los fenomenos no tienen naturaleza aparte, ni existencia propia, ya que surgen solo por virtud de la relacion que sostienen con los demas fenomenos. La no-existencia de la naturaleza propia significa que no existe ninguna entidad independiente que exista sola, aparte de los demas fenomenos.

El mensaje en comun es que la verdadera naturaleza de todo fenomeno es la no-materialidad, y que no puede definirse en terminos de conceptos de existencia y no-existencia. Nagarjuna lo explico como el Camino del Medio, perspectiva que considera las categorias de existencia y no-existencia como extremos, y tiene como meta trascenderlas. El proposito practico de la ensenanza de la no-materialidad yace en eliminar apegos a tanto los fenomenos transitorios, como al ego; es decir, a la percepcion del ser como una identidad fija e independiente.

23 de Mayo de 2003 – World Tribune

19.3.05

Codependiente o Bodhisattva?

Ensayo por Matilda Buck

En una reunión de responsables a la cual asistí hace unos meses atrás, varios dirigentes de grupo exclamaron desconcertados, “No puedo seguir llamando a todas estas personas, incentivándolas a practicar y a como enfrentar sus problemas, si no puedo controlar mi propia vida y nadie me esta ayudando en mis asuntos! Somos simplemente un montón de codependientes!” Se escucho una sola voz decir, “Creí que éramos bodhisattvas…”

Pude comprender a estos bodhisattvas preocupados ---- esforzándose por ayudar a todos, desilusionados con algunos de los resultados y sintiendo que, por más que hicieron, no fue suficiente. Decidí investigar que es la codependencia y cual es la acción del bodhisattva?

Poco después, los acontecimientos me obligaron a ver profundamente mi propia vida. Percibí que las experiencias de mi niñez me habían inculcado algunas creencias negativas con respecto a mi misma y a mi lugar en el mundo. Descubrí mi propia codependencia y como la había adaptado a ser parte de mi practica budista.

Que es la codependencia y como afecta nuestra practica? Cual es el comportamiento del bodhisattva? Si podemos entender estos temas desde la perspectiva del Budismo de Nichiren Daishonin, quizás estaríamos en capacidad de discernir entre aquellas cosas sobre las cuales queremos asumir responsabilidad a diferencia de aquellas que no nos hacen felices a nosotros ni a los demás. Durante el proceso, puede ser que surjan mas preguntas que respuestas, sin embargo, pienso que, al final podemos redefinir y refrescar nuestra practica para nosotros y para los demás (jigyo keta).

Algunos de nosotros encontramos coincidencias con estos temas en forma general; para otros será mas personal (podría ser por ejemplo, vivir con alguien que es abusivo y ante quien reaccionamos de una manera destructiva.

Que es la codependencia?

Entonces, que es la codependencia? La psicóloga Maya Bailey la explica de esta manera: Básicamente, los codependientes cuidan y rescatan a los demás. Colocan las necesidades, los sentimientos y las vidas de otros antes que los suyos. Muchas veces, no están viviendo sus propias vidas, sino la vida de otro.

Esto podría sonar como un bodhisattva (alguien que antepone la vida de otro a la suya). Sin embargo, el ingrediente que falta es que usted debe ser dueño de su propia vida para hacer esto. Los codependientes permiten que el comportamiento de otros les controle y, en consecuencia, tratan de controlar a otros con su propio comportamiento.

Melody Beatty, la autora de dos libros extensamente difundidos sobre el tema, indica al respecto:
Desde el momento en que existieron personas, han actuado en formas similares a las que hemos mencionado. Esto las define como “codependientes”. Estas personas se han preocupado excesivamente por otros y se han esforzado por ayudar de formas ineficaces. Han dicho que si cuando quisieron decir que no. Han tratado de que otros vean las cosas a su manera. Han hecho lo imposible por no herir a otros, y al hacerlo se han herido a si mismas. Han temido confiar en sus instintos. Han creído mentiras y se han sentido traicionadas. Han querido obtener compensación de parte de otros y, al mismo tiempo, castigarlos. Se han sentido tan furiosas que incluso han deseado matar. Han luchado por sus derechos, en tanto otros negaban la existencia de tales derechos. Han vestido harapos porque no se creían merecedores de nada mejor.

Además, por su naturaleza los codependientes son benévolos, es decir, personas preocupadas por las necesidades del mundo. Thomas Wright, en un artículo del libro “Codependencia y sus implicaciones” escribe:
Es mi impresión que históricamente los codependientes han combatido la injusticia social y han luchado por los derechos de los débiles. Los codependientes desean ayudar. Y pienso que, en efecto, lo han hecho. Probablemente, murieron pensando que no habían hecho suficiente y sintiéndose culpables.

Sin embargo, Beatty señala:

Algunas de las características de las personalidades de los codependientes podrían ser consideradas como los elementos incipientes a partir de los cuales surgen nuestras cualidades de excelencia. Podríamos decir que nuestro sentido de responsabilidad nos califica para asumir roles de liderazgo..o que nuestra capacidad para enfrentar privaciones nos permite logros extraordinarios, los cuales no serian posibles sin la capacidad de postergar gratificación. Podríamos decir que el ser capaces de sanar ante los sufrimientos ayuda a otros a hacer lo mismo.

Esto ciertamente, me atañe y creo que, de igual manera, a otros. De donde proviene la codependencia? Muchos de nosotros fuimos criados en familias con problemas. En una familia armoniosa, los padres tienen la función de responder a las necesidades de los hijos. En el caso contrario, los hijos asumen el rol de llenar las necesidades de los padres. Los niños necesitan sentir que son protegidos por los adultos, aun cuando instintivamente sientan que algo no esta bien en la conducta de los padres; ellos necesitan validar estas conductas, a fin de sobrevivir. Generalmente, eso implica trasladar el error a si mismos. Para muchos de nosotros, esto se convirtió en un patrón de conducta en el cual concluimos atendiendo las necesidades de nuestros padres, de manera que esto nos permitiese ser amados o evitar ser lastimados. Desarrollamos una conexión mas profunda hacia las necesidades de los demás que hacia las propias. Esta perdida de conexión con el yo es la base de la codependencia.

Como se manifiestan estas características en nuestra practica budista? Por ejemplo: podríamos estar invocando daimoku con sentido de culpabilidad o podríamos pensar que nuestros problemas son el reflejo de haber sido o ser malas personas, y de que si simplemente hacemos suficientes buenas causas, algún día seremos felices. Podríamos ver el Gohonzon como una herramienta para manipular o controlar personas o situaciones; siempre invocando daimoku para que esto o aquello ocurra, obsesionados con la idea de que somos infelices debido a que tal persona o tal organización o la sociedad en general no cambian.


Al tratar de ayudar a otros a practicar, podríamos estar tratando de “arreglar” sus problemas en vez de dejar que ellos encuentren sus propias soluciones (Nichiren Daishonin promete que este proceso nos conducirá hacia nuestra iluminación). Podríamos meramente estar reaccionando para complacer o calmar nuestros miembros o nuestros dirigentes sin tomar en cuenta nuestros propios sentimientos.

Nuestra baja auto estima ocasiona que magnifiquemos nuestra responsabilidad hacia los demás. Es decir, si ellos no se recuperan de una enfermedad es nuestra falla. Si las personas se comportan inadecuadamente, es un reflejo de nosotros mismos. Utilizamos una gran cantidad de energía reaccionando a nuestro entorno. Mucho de esto es el resultado de la tendencia de nuestras propias vidas, y en consecuencia, una mala interpretación del Budismo. Para muchos, considero que esta tendencia fue exacerbada en los inicios de nuestra organización. El Budismo nos fue ensenado por muchos sinceros inmigrantes quienes trataron de explicar conceptos sumamente sutiles en una nueva lengua extranjera. La combinación de nuestra propia codependencia sumada a la perspectiva cultural japonesa ha resultado en algunas malas interpretaciones de lo que constituye la práctica Budista.

La codependencia se expresa como una reacción. En las relaciones con otras personas, reaccionamos hacia aquellas personas que se están auto destruyendo. En efecto, reaccionamos aprendiendo a auto destruirnos. Sin embargo, el objetivo del bodhisattva es salvar a otros. Como es posible que podamos salvar a otros si nos destruimos a nosotros mismos?

Motivación propia vs. Motivación desde el exterior

Examinemos el mundo del bodhisattva. El diccionario de términos y conceptos budistas dice: “Aquel que aspira a la iluminación y lleva a cabo prácticas altruistas”. La misericordia es la piedra angular de este mundo. En tanto que la codependencia es motivada desde el exterior y reactiva, el bodhisattva es dirigido desde e interior. Esta motivación interior constituye una diferencia importante.

La mayoría de nosotros, cuando comenzamos nuestra práctica, no hicimos una decisión consciente de ser bodhisattvas. A medida que invocábamos y compartíamos nuestras experiencias con otros, de forma natural comenzamos a desear que otros también practicasen. Esta fue la esencia del bodhisattva en el sentido más puro. Para algunos de nosotros, esta visión se empañó cuando creímos percibir una presión excesiva de parte de la organización o fuimos afectados por nuestra propia codependencia. La motivación interna cedió lugar a las necesidades externas.

En la tradición de la enseñanza Mahayana teórica, el bodhisattva hace su voto desde el interior. No es un asunto casual, no es una carga o responsabilidad; por el contrario, proviene de la parte mas profunda y mas elevada de la vida. El bodhisattva hace cuatro votos:
- Buscar un número infinito de enseñanzas.
- Superar (o utilizar) un numero infinito de deseos mundanos.
- Salvar a un número infinito de personas mediante la enseñanza.
- Alcanzar un estado de vida insondable.

Cuando recitamos el Gongyo, ello constituye una forma en que se expresa este voto cuando, en la cuarta oración, prometemos lo que queremos hacer por kosen-rufu. Es significativo que, de estos cuatro votos, tres de ellos tienen que ver con nuestro propio desarrollo y uno con la ayuda a los demás. El voto del bodhisattva no es una decisión codependiente; más bien, proviene de las profundidades de nuestras vidas. No es hecho como una reacción o como una obligación; no busca convalidación. Es el gran júbilo que hemos sentido una u otra vez cuando experimentamos una conexión con otros y un sentido de misión.

El presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, describe el bodhisattva en su poema “El sol de jiyu sobre una nueva tierra” de esta manera:

Nos pide:

“! Despierten la vida jiyu
que llevan dentro!
Cuando asoma el sol brillante
De la Causa Verdadera,
Palidecen los astros y los planetas
De las causas y efectos pasados,
Y emerge el mundo supremo

De la unidad armoniosa:
Esta unión de amigos y compañeros
Que expresan la condición de vida
De los Bodhisattvas de la tierra…”

Gran parte de nuestra práctica de bodhisattva tiene que ver con ayudarnos unos a otros a practicar. Cual es el punto de vista de Nichiren Daishonin? Al leer el Gosho, podemos ver que el agradece los esfuerzos que hace cada persona por practicar. Podemos ver aquí una expresión de empatía, aun se podría decir de identificación con sus seguidores en vez de simpatía o lastima, que son las emociones del codependiente.

El Daishonin comparte las aflicciones de sus seguidores. Ora por ellos, muchas veces diciendo, “Oro día y noche por…”. Les explica el funcionamiento de la Ley. A veces, toma acciones, por ejemplo, envía una carta o un mensajero. Les permite resolver sus propios problemas. “Si su oración es respondida o no depende de su fe; (por el contrario) yo no seré culpable en forma alguna…La fe débil es como agua fangosa, mientras la fe valiente es como agua clara. Entienda… (Writings of Nichiren Daishonin, Pág.1079).

Hemos visto una descripción parcial del ideal del bodhisattva. Sin embargo, somos seres humanos y nuestras vidas se encuentran transitando los diez estados (mundos). Como podemos ampliar la influencia del estado de bodhisattva en nuestras vidas? La “tierra” desde la cual emerge el bodhisattva es nuestra propia Budeidad. En el Gosho “Sobre el logro de la Budeidad”, Nichiren Daishonin escribe: “Tiene que llegar a sentir la profunda convicción de que Nam-myoho-renge-kyo es su propia vida..Nuestra practica se convertirá en un interminable, penosa austeridad, a menos que percibamos la naturaleza de nuestra vida” (Principales Escritos, Vol.1, Pág.4)

Aquellas personas cuyas experiencias hayan dado lugar a patrones de codependencia podrían pensar que ver la naturaleza de la propia vida quiere decir ver lo que hemos estado haciendo mal o aceptando la culpa o creer que no somos merecedores de ser felices.

La verdadera naturaleza de nuestras vidas es nuestra propia Budeidad. Parece un asunto muy simple, pero cual es el método para percibir esta naturaleza de Buda? Ello comienza con nuestro daimoku. Entonamos para abrir el mundo de la Budeidad en nuestras vidas. Podemos entonar hasta que nos sintamos motivados, creativos y estemos conectados con nosotros y con los demás. Como el Daishonin escribe: “Cuando perciba que su propia vida es la Ley Mística, podrá comprender que ocurre lo mismo con la vida de los demás”. (PE 1, Pág.5)

CONCLUSION

Por todo lo anterior, podemos concluir que una diferencia importante entre la conducta de un codependiente y de un Bodhisattva yace en la motivación. La codependencia es un estado en que el individuo reacciona en función de una experiencia de abuso previo en su vida. Las acciones respecto de otros, a menudo pueden confundirse con el deseo de controlar o la necesidad de sentirse útil o necesario o para sentirse bien con uno mismo. La naturaleza del Bodhisattva se encuentra profundamente enraizada en estado inherente de Budeidad que todos poseemos. Su motivación se origina en la convicción en nuestro potencial para manifestar la Budeidad y en la existencia del mismo potencial en los demás. Valoran a los demás por si mismos y por lo que puedan o no hacer por nosotros. Ella no busca manipular, sino ayudar a otros asistiéndoles en conectarlos con la Ley de Nam-myoho-renge-kyo.
Si sentimos que estamos confundidos en cuanto a los conceptos de bodhisattva o codependiente, he aquí algunas cosas de índole práctica que podríamos hacer:

Incrementar el amor por uno mismo

Puesto que la codependencia es, en gran parte, la falta de amor por uno mismo, podemos encontrar maneras de fortalecer el amor por nosotros mismos. Podemos abrazar nuestras vidas por invocar daimoku para abrir nuestra Budeidad. Todos nuestros sentimientos son validos; los podemos llevar honestamente al Gohonzon, lo cual nos permitirá alcanzar profunda comprensión de nuestras vidas. Podemos invocar daimoku con una actitud positiva hasta tanto nos sentamos bien acerca de nosotros. Podemos invocar daimoku para sentir nuestra conexión con otros y para romper la ilusión que cubre nuestra Budeidad.

No intentar controlar o manipular a otros

El Sr. Ikeda dijo: “La esencia de la fe es la oración; en otras palabras, ofrecer oraciones concretas para uno mismo y los miembros. La oración es la esencia de la misericordia, de las orientaciones y de las funciones de liderazgo. Si se olvidan de este punto fundamental, todos sus esfuerzos serán alienados del Gohonzon y se quedaran con solo la estrategia. Las estrategias invariablemente no van a ninguna parte y simplemente causan grandes problemas para todos”.

La oración incondicional para la felicidad de otro es la acción más grande que podemos tomar. Poseemos un deseo inherente para llevar la felicidad a otros y a medida que lo vayamos desarrollando, naturalmente logramos influenciar a otros.

Fijar límites

Mientras honramos a nuestras vidas y a otros, debemos distinguir lo que podemos hacer y lo que no. Es importante comunicar esto. Debemos reconocer que cada persona tiene que resolver sus propios problemas; nadie más lo puede hacer. Den a si mismos su propio espacio. Una señora que tiene mas de 30 anos en la practica me dio este consejo: “Pensamos en términos de esforzarnos 100 o 120 por ciento en todo. Pero pruebe 80 por ciento; conserve un 20 por ciento para si misma”. Esto realmente me ha ayudado. Esto no quiere decir que usted es perezoso o irresponsable. De hecho, ahora que me encuentro más serena y centrada, tengo más deseo y capacidad para ayudar a otros. Si imaginamos la vida como un pastel que pudiésemos dividir en trozos y los asignásemos a nosotros, la familia, los amigos, el trabajo, etc...A quien le correspondería la porción mas pequeña? Como le hace sentir esto? Contesten estas preguntas antes de intentar ayudar a otros.

No aumenten su ansiedad por tratar de analizar si se esta comportando como un codependiente o como un bodhisattva. No es necesario olvidar todo lo que hemos aprendido. Un punto de fe es ver positivamente cada día y encontrar el valor que existe. Todo, tanto bueno como malo, nos ha llevado a nuestro nivel actual de comprensión. En otras palabras, todo jugo un rol en nuestro crecimiento como seres humanos. Desde hoy en adelante, tomen otro paso mas, siempre avanzando, siempre buscando. No solo podemos disfrutar más de nuestra práctica, sino que podemos, basados en nuestra propia experiencia, aportar mayor esclarecimiento a nuestra sociedad.

Así como nos alienta el Sr. Ikeda, “Si nuestra fe es fuerte, cualquier veneno, no importa cuan virulento, será transformado en medicina benéfica”. También declaró, “El Budismo de la Verdadera Causa nos permite romper el hechizo de nuestro karma pasado y despertar a la gran humanidad de la vida”.

7.2.05

Si no es ahora... ¿Cuándo?

Laura Barbieri de Il Nuovo Rinacimiento No. 198-agosto 1998.
Publicación mensualde la Soka Gakkai de Italia.
Tomado del Seikyo Criollo, Oct. 1998

Todo comenzó con una feroz antipatía hacia una compañera de trabajo. Debido a la negatividad de mis sentimientos, no me permitía ninguna manifestación emocional externa, pero dentro de mí producía continuamente juicios negativos los cuales, aunque destinados a una circulación exclusivamente interna, envenenaban mi vida. Mientras tanto entonaba para transformar el veneno en medicina, leía con afán el Gosho buscando algo que me empujara a un cambio. Los días pasaron y yo entonaba y leía, pero no lograba cambiar.
La solución a mi problema se presentó mientras estudiaba el Gosho: "Los deseos mundanos son en si iluminación". La explicación precisaba de hecho que el carácter soku, en términos de tiempo, significa "inmediatamente". Sentí entonces el deseo de entonar Daimoku de aquella manera para transformar inmediatamente mi estado de ánimo. Así fue, después de tanto tiempo, mi sufrimiento se disolvió dando espacio a una relación serena y sin sombras. Lo que hasta ahora me había impedido tener éxito había sido un Daimoku débil, entonado como si su eficacia se debiera a la acumulación más que a la intensidad. Entonces empecé a reflexionar sobre esta actitud de purgatorio, o sea la condición mental en la cual, sufriendo por un problema, vivimos el presente como un tiempo de transición y expiación, un túnel al final del cual nos espera la situación deseada.
En esta circunstancia cruzamos el presente completamente condicionados por nuestros problemas y sufrimientos, postergando a futuro la serenidad y la dicha. "Se necesita tiempo" es la frase que acompaña los periodos de purgatorio y entonces, a estos días sustraemos nuestras energías, ahorrándolas para mejores tiempos. Si el trabajo no nos satisface y quisiéramos uno mejor, si nuestras relaciones son difíciles, si por cualquier razón percibimos una fuerte sensación de pesadez u obligación, comenzamos a imaginar una realidad más satisfactoria, un trabajo mejor, una relación fácil y ligera, y estas imágenes nos llevan a desviar nuestras energías del presente, vivido como un tiempo sin significado, y ahorramos para entregarnos cuando valga la pena. Entonamos un Daimoku que no nos alivia, que nos deja distraídos y nerviosos, con una sensación de viva amargura y frustración y vivimos de la misma manera, pasivamente, en la espera de que algo ocurra y nos libere del sufrimiento. Esto lleva a refugiarse en la idea de que se trata de un Daimoku eficaz en la distancia, por lenta acumulación, así como recogiendo los "puntos" de una promoción en donde estaremos seguros de tener derecho al premio final. Sin darnos cuenta, junto a la separación entre presente y futuro, estamos esperando las causas de los efectos. Nos ilusionamos de que vivir estancadamente el presente conduzca de todos modos a un brillante futuro. Los ejemplos son numerosísimos: "desde mañana me pongo a dieta, entonces hoy como a más no poder","quiero un mejor trabajo que me gratifique desde todo punto de vista, entonces, dejo de aplicarme en el que actualmente estoy desarrollando", "m imatrimonio está yéndose a pique, entonces entono Daimoku para tener una vida sentimental feliz mientras aprovecho todas las oportunidades que se me presenten para pelear, reprochar y quejarme". Paradójicamente, mientras actuamos así, estamos convencidos del inexorable funcionamiento de la Ley de causa y efecto porque consideramos eficaz, para los términos del cobro de los beneficios, sólo nuestra regularísima práctica del Budismo y así los pensamientos, las palabras y las acciones que contemporáneamente estamos produciendo. Sin embargo, el Sutra Shinjinkan describe con extraordinaria claridad el funcionamiento de la Ley de causa y efecto: "Si quiere conocer las causas pasadas observe los resultados que se manifiestan en el presente, si quiere conocer los efectos que se manifestarán en el futuro observe las causas que está haciendo en el presente", sin distinguir entre causas budista y causas de otros géneros.

En los diálogos La Sabiduría del Sutra del Loto, Takanori Endo se dirige hacia Daisaku Ikeda con estas palabras: Tenemos una imagen del Kosen rufu como si fuese el momento en el cual lograremos convertir a numerosas personas a la práctica correcta de la Ley. Pero, superando esta imagen, usted nos ha enseñado que Kosen-rufu existe en la práctica misma de la transmisión de la Ley. Nos ha explicado también su decisión de convertirse después de haber encontrado al presidente Toda, citando a Goethe: "no es suficiente caminar paso tras paso por el camino que llevará un día a la meta. Es necesario que cada uno de estos pasos sea la meta y que cada uno de estos pasos tenga su valor. "Si percibimos una sensación de pertenencia hacia el movimiento por el Kosen-rufu deberíamos por lo menos reflexionar sobre nuestras espacios purgatoriales sobre todas aquellas zonas de sombras donde vivimos ilusionándonos de estar amparados por la Ley de causa y efecto y entregándonos de cuerpo entero a nuestras tendencias con la esperanza de que un mejor futuro nos esté esperando.

Pensemos también todos los esfuerzos que hacemos cada día por lograr nuestras metas. Creer firmemente en el funcionamiento de la Ley de causa y efecto significa, en estos casos, no dudar de la segura realización de nuestros objetivos, aunque en la superficie de las cosas, los efectos por nosotros deseados no se manifiesten. En sustancia se trata de construir una condición de vida que nos haga sentir en la tierra del Buda también cuando experimentamos momentos de gran sufrimiento. Pensemos en el ejemplo de Josei Toda que, en su situación de máxima restricción física y espiritual en la cárcel, percibe la verdadera entidad de su vida y decide dedicarse completamente al Kosen-rufu. La elevada condición de vida de Makiguchi en las mismas circunstancias está testimoniada por una carta que escribió a su familia: A diferencia de cuando estaba bajo supervisión del departamento de policía urbana, ahora estoy solo en un cuarto de tres tatami, y hasta que pueda leer me siento a gusto y satisfecho. Por favor tranquilícense y no se preocupen por mí (...). En esta celda solitaria, lo que verdaderamente cuenta, es que puedo dedicarme a la contemplación. Observo estrictamente la práctica de Gonguio mañana y noche. La fe antes que todo, tanto para mí como para ustedes. Aunque esta sea una durísima prueba, pierde significado en comparación a aquellas que sufrió Nichiren Daishonin. Forjen su fe lo más fuerte que puedan.
Pienso que es totalmente inoportuno quejarse de las presentes dificultades porque vivimos sumergidos en inmensos e infinitos beneficios. Como nos enseña el Sutra y el Gosho, seguramente experimentaremos que el veneno jamás deja de transformarse en medicina" (Daisaku Ikeda, explicacióndel Verdadero Objeto de Veneración,Esperia 1986, pág. 11).

Toda y Makiguchi nos enseñan cómo las personas comunes pueden sentirse libres y tranquilas en las circunstancias más adversas, extrayendo la fuerza vital necesaria del poder de la fe y de la práctica. Cada uno de nosotros seguramente ha experimentado la alegría de sentirse libre del sufrimiento a través de la entonación del Daimoku, se trata entonces de buscar esta condición con energía cada vez que algo nos molesta, nos aflija o nos preocupa, sin postergar y sin sustraernos al desafío que el momento presente nos propone. Comentando esta frase del Gosho: "cuando concentren los esfuerzos de cien millones de eones en un solo instante, las propiedades del Buda se manifestarán en cada pensamiento y acción". Daisaku Ikeda afirma que la expresión "los esfuerzos de cien millones de eones" es una metáfora para representar la capacidad de enfrentar cada problema con nuestro íntegro ser y con plena conciencia sin dejar ningún recurso interior sin utilizar.
El director general Kaneda nos está guiando desde hace muchos años en esta dirección, tanto como el ya célebre consejo de "aplicarse en cada cosa al cien por ciento" como a través de las clases sobre el significado de Nilli que abre nuestro Gonguio cotidiano. Nilli significa "de ahora en adelante" e indica la actitud necesaria para vivir la vida serena y realizada, en otras palabras, significa nuestra determinación en cada instante de la vida esforzándonos al máximo, sin retroceder, sin huir, sin postergar o evadir, enfrentando el presente y utilizando al máximo nuestro cuerpo, mente y corazón. Claro, no es fácil, a veces logramos alcanzar rápidamente esta actitud, mientras que otras veces nos concedemos largos períodos de purgatorio antes de buscarla. Hay también quien sostiene no estar en condición de hacerlo porque piensa estar desprovisto de coraje y determinación. Interpelado sobre este propósito, Kaneda ha explicado: "Entrenarse significa no evadir, sino enfrentar las dificultades. Hay que aprovechar al máximo cada dificultad y sufrimiento para mejorarse a sí mismo. Si se ahorran los esfuerzos no hay crecimiento. Frente a las dificultades no hay que quejarse ni huir, más bien agradecer". Es un recorrido en su vida, pero entrenándose de esta manera aprenderá a gozar de su vida. De otro modo la política de ahorro lleva a resultados poco satisfactorios. Corremos el riesgo de cruzar por nuestra vida postergando el empeño y la felicidad, haciendo de la vida misma una sala de espera, un ininterrumpido período purgatorial.
Quisiera concluir con un dicho que puede ayudar con su enérgica sencillez: "Si no soy para mí mismo, ¿quién será para mí? Si soy únicamente para mí mismo, ¿qué cosa soy? Si no es ahora, ¿cuándo?".

23.1.05

TOMANDO DETERMINACIONES

Felicity Kaye UK Express nos habla un poco acerca de la importancia de las metas y la determinación para lograrlas.
Tomado del Seikyo Criollo, Enero 1998


UK Express: De acuerdo a su experiencia, ¿cuál es la cosa más importante cuando se toman determinaciones?
Kaye Felicity: En primer lugar, deben comprender porqué deben tomar determinaciones, es decir, para tener un sentido de dirección en su vida. De manera que, para afirmar su determinación, deben tener un objetivo claro que se relacione con su vida diaria y que esté fijo en sus pensamientos. Por ejemplo, si van a emprender cualquier viaje deben tener muy claro cuál es el destino y cómo llegar hasta allí, así como también alguna idea sobre el momento en el que deben salir, el tiempo que tomará el viaje y así sucesivamente. Pero no es necesario que piensen en esto cada minuto del día hasta que salgan. No obstante, el hecho de que lleguen en realidad a su destino depende de la determinación que en el Budismo se llama Ichinen. El Budismo es razón, de manera que también es importante que sus objetivos sean razonables y provengan de su daimoku.

UKE: ¿Y qué sucede con las personas que afirman que no saben realmente lo que desean?.
KF: Eso no es verdad. Mediante la entonación del daimoku y la observación de la realidad de nuestra vida todos podemos llegar a saber lo que deseamos. Pero no lograrán nada si no tienen el suficiente coraje como
para escuchar lo que su vida les está diciendo o si comienzan con una actitud derrotista, afirmando que nunca lo lograrán y que por lo tanto no tiene sentido tomar la determinación. De manera que el ichinen, una fuerte determinación consciente o inconsciente de alcanzar nuestra meta, aunado a su práctica, es vital. El Budismo enseña que en la vida de todas las personas existe un asombroso tesoro escondido. Al plantearnos objetivos y al tomar determinaciones en base a una abundante entonación de daimoku lograremos revelar poco a poco el increíble potencial que se encuentra en nuestra vida.

UKE: De manera que si las personas dicen que no saben lo que quieren, ¿deberán escuchar simplemente lo que su Budeidad les está diciendo cuando entonan daimoku?
KF: Absolutamente correcto. Sin importar lo que les preocupe o lo que les impida ser felices, es eso lo que deben conquistar con el fin de ser totalmente felices. Puede ser cualquier cosa. Lo que es importante comprender es que mediante la entonación de daimoku pueden aprovechar su propio y asombroso potencial.
Entonces, en base a eso, pueden transformar lo que deseen. Pero sin establecer primero un objetivo y tomar la determinación de lograrlo es muy difícil comenzar el proceso que nos llevará a la felicidad.

UKE: Y una vez que nos hemos planteado un objetivo muy claro, ¿que debemos hacer?
KF: Entonar daimoku y tomar medidas para lograrlo. Mediante la combinación de un objetivo, la determinación y la acción haremos surgir la sabiduría de nuestras vidas. Entonces, en base a esta sabiduría, comenzamos a ver claramente qué debemos hacer para lograr nuestro objetivo. No deben preocuparse pensando si lo lograrán o no; el hecho de que tomen determinaciones les ayudará a revelar y fortalecer su Budeidad, de manera que puedan llegar a ser felices.

UKE: Ya veo. ¿Qué les diría a las personas que tienen una lista de objetivos y luego entonan daimoku para
lograrlos?
KF: Es importante comprender quién logrará esos objetivos. No es el Gojonzon. Somos nosotros mismos los que tenemos que lograrlos. De manera que está bien tener una lista, material o espiritual, deben entonar también daimoku para fijar un plazo para lograrlo. Y mientras transcurre dicho plazo deben tomar medidas para lograr lo que se han propuesto. No obstante, en muchos casos las personas se obsesionan con objetivos irrazonables o poco realistas. De nuevo es cuestión de no confiar en el pre que estemos muy conscientes de
que nosotros vamos a lograrlas y no pensemos que el Gojonzon lo hará en nuestro lugar.

UKE: Pero, no obstante, las personas se sienten tentadas a recordar constantemente lo que desea sin actuar necesariamente para lograrlo.
KF: Correcto. De manera que, cualquiera que sea su objetivo, ya sea material o espiritual, debe entonar también daimoku para fijar un plazo para lograrlo. Y mientras transcurre dicho plazo deben tomar medidas para lograr lo que se han propuesto. No obstante, en muchos casos las personas se obsesionan con objetivos irrazonables o poco realistas. De nuevo es cuestión de no confiar en el Gojonzon o en nuestra vida.

UKE: ¿Porqué es entonces importante fijar un plazo para lograr nuestras metas si a menudo nos damos cuenta luego de que hemos fijado un plazo irrealista?
KF: Bueno, el tiempo juega un papel importante en todo, las cuatro estaciones, el día, el momento en el que propagamos el Budismo, en todo. De manera que si entonan Daimoku con una actitud comprensiva, permitiendo que su Budeidad observe su vida y sus circunstancias, generalmente sabrán cuál es el momento adecuado. Por ejemplo, digamos que si plantan una semilla en una estación equivocada y luego oran al Gojonzon para que la planta crezca, esto es irrazonable. El problema yace en la obsesión. La solución es hacer surgir nuestra sabiduría mediante la entonación del daimoku y observar nuestra vida interna y externa de manera realista. Debemos confiar en el Gojonzon y en nosotros mismos

UKE: ¿Y que lugar ocupan las actividades por el Kosen-rufu en lo que respecta a estas determinaciones
personales?
KF: Cualquier objetivo o deseo a favor del Kosen-rufu contendrá naturalmente sus deseos y su felicidad individual. El propósito fundamental del Budismo es ayudar a superar nuestro egoísmo. De manera que el orar y luchar por el Kosen-rufu los llevará a revelar tanto consciente como inconscientemente su verdadero ser. Esta es una manera mucho más rápida de lograr la felicidad que el continuar aferrados a sus deseos egoístas, puesto que esto les impide ver lo que realmente desean o necesitan para su felicidad. Por lo tanto, los deseos personales verdaderos y sinceros a favor del Kosen-rufu se hacen generalmente realidad porque su sabiduría, su sabiduría pura, les dice que esto es lo mejor que puede suceder en este momento.

UKE: ¿De manera que esto incluye la idea de la "Revolución Humana" que debemos transformar y purificar nuestra vida con el fin de lograr lo que queremos para nuestra verdadera felicidad?
KF: Correcto. Pero lo primero que debemos hacer para lograrlo es plantearnos un objetivo y tomar una determinación. Y a su debido tiempo, gradualmente, puede que ustedes cambien de objetivo. Por ejemplo, puede que un joven desee un carro deportivo rojo. Yo no diría que no debe tener este objetivo sino que entone daimoku para lograrlo. ¿Porqué? Porque sé que entonando daimoku este joven obtendrá sabiduría. Y en base a su sabiduría podrá evaluar de nuevo lo que desea, quizás un autobusete para llevar a otras personas a las actividades. Pero al comienzo, si no se plantea un objetivo, si no entona daimoku para conseguir su carro deportivo, su vida no comenzará a avanzar.

UKE: ¿Hay alguna orientación en particular que quisiera dar sobre las determinaciones que debemos tomar
ahora que comienza un nuevo año?
KF: De acuerdo a mi experiencia con la práctica, aproximadamente el 70% de nuestras determinaciones se deben relacionar con nuestros objetivos a corto plazo, lo que queremos lograr esta semana o la siguiente o, en otras palabras, nuestra realidad inmediata. Digamos que aproximadamente el 20% debe relacionarse con nuestros objetivos para el resto del año, nuestras metas a mediano plazo. Plantéense lo que desean lograr y continúen entonando daimoku con este fin. El restante 10 %, aproximadamente, debe relacionarse con nuestros objetivos a largo plazo, lo que realmente deseamos hacer con nuestra vida. Además, es muy importante tomar determinaciones en tres áreas diferentes: nuestra vida privada, lo que incluye a nuestras familias, amigos y comunidad; nuestro trabajo (o nuestros estudios); y nuestras actividades a favor del
Kosen-rufu . Esto se debe a que la mayor parte de nuestra vida la dedicamos a estas áreas.

UKE: ¿Desea decir algo para terminar sobre este tema?

KF: Nichiren Daishonin dice en el Gosho que, en el Budismo Majayana, la determinación es lo más importante. El hacer un grandioso gonguio es tomar una gran determinación.

UKE: Muchas gracias.

21.1.05

Orientación del Vice Presidente TSUJI

Una vez tomada la determinación de que vamos a triunfar frente a una gran oportunidad, entonces debemos proteger nuestro mundo interior subjetivo de las voces negativas que se nos presentan ya sea como violenta embestida o como sutil insinuación que nos susurra: “Nada cambiará, siempre será lo mismo”. Si somos permeables a esto -lo que nos sucede a la mayoría de nosotros, al menos hasta que somos lo suficientemente fuertes para rechazar estas voces de manera automática- terminaremos por escucharlas y, finalmente, permitiremos que nos influencien. Cuanto más las escuchemos, más erosionarán nuestra oración, de manera tal que, en nuestro fuero íntimo, comenzamos a reemplazar nuestra decisión: en algún punto hemos comenzado a aceptar nuestras voces negativas debido a que, en suma, esto es lo que hemos venido haciendo la mayor parte de nuestra vida.

Cuando llegamos a este punto, nuestra oración sencillamente no se concreta. Cuando usted invoca daimoku, todo lo que está pensando o sintiendo es proyectado hacia el universo y, debido a que la Ley de Causalidad es imparcial, poseemos total libertad: el Gohonzon es como un espejo. De manera que si inadvertidamente cambiamos nuestra oración, entonces la Ley de Causalidad aceptará esta nueva modificación sin tomar partido alguno.

De modo que nuestro real compromiso consiste en que, si queremos concretar determinado objetivo, entonces debemos mantener nuestra determinación y no permitir que nuestra voz negativa nos desaliente. Porque una vez que comenzamos a transar, ya hemos abandonado nuestra determinación original sin siquiera darnos cuenta; por eso, una vez que hemos fijado nuestra determinación, no debemos transigir. El budismo es triunfo o derrota, o sea lo opuesto a transar, que es lo que venimos haciendo a diario en nuestras vidas.

Por lo tanto, determine e invoque daimoku hasta lograr el objetivo. Una vez que ha tomado la determinación, el cómo lo logre y demás detalles constituyen ya la tarea del Gohonzon. Nuestra única responsabilidad consiste en mantener nuestra oración sin dejarnos desviar interna ni externamente.

Es esencial que, cada mañana, invoque daimoku para manifestar su budeidad: este es el punto básico porque, si no podemos manifestar la budeidad, entonces tampoco nuestras oraciones lograrán mucho efecto. Si no comprendemos este punto, estamos malgastando nuestro tiempo al invocar por aquello que anhelamos.

Lo que es importante es el concepto de que poseemos naturaleza de Buda. La vida misma es Buda, nuestra entera vida es Buda. Todo aquello nacido en este mundo es Buda. No debemos permitirnos pensar que esta naturaleza de Buda es algo que se encuentra fuera de nosotros mismos: es una e inseparable. El Gohonzon es un objeto externo, pero constituye un catalizador que hace emerger nuestra budeidad inherente desde las profundidades de nuestra vida, y aquello que corporifica el Gohonzon representa la misma realidad. Parecen dos cosas separadas pero, la inmutable y eterna verdad es que la budeidad es la vida misma. Usted es ahora un Buda. Una vez que cobre conciencia de esto, comenzará a valorar y reconocer la dignidad y el poder de los ilimitados aspectos de su propia vida.

Esto significa que usted es el Buda a cargo de su propia vida. Nadie más que usted puede hacer que sea lo que quiere ser, ni siquiera el medio ambiente. Cuando usted cobre conciencia de que su vida es Buda y experimente esa convicción, entonces eso es ichinen sanzen. Sólo entonces podrá direccionar ese poder para transformar o crear una tierra de Buda precisamente en el lugar en el cual se halla, no en algún otro sitio ni en el futuro.

El pasado es sólo un sueño -no importa qué tan bueno o malo haya sido-, nada más que un sueño. Y el futuro no es más que producto de nuestra imaginación, sea ésta optimista o pesimista, en sí mismo carece de existencia o sustento real. La esencia de la vida, que es MYO, es eterna e inmutable y, cuanto más conciencia tome de que su vida es Buda, más convicción tendrá su daimoku.

El ichinen último del Gohonzon es hacer a todas las personas del universo iguales a sí mismas; ésa es la razón por la cual surge el Buda: permitirles a todas las personas abrir el palacio de su propia iluminación y sabiduría. Si no logramos comprender esto, sólo seremos como mendigos que invocan daimoku y, en determinado momento, el Gohonzon dejará de responder a nuestras oraciones debido a que, si continuamos por este camino, nunca manifestaremos nuestra iluminación. Así, estaremos fallando en el punto principal: aquello que sintamos respecto del Gohonzon también lo sentiremos respecto del Gohonzon viviente que se encuentra dentro nuestro. El budismo es vertical, este momento presente es infinito, ilimitado y eterno.

Llegará un momento en el cual usted deba comenzar a trabajar sobre su propia iluminación y no podrá simplemente ir a la deriva, porque puede pasarse practicando toda su vida desde una perspectiva errónea. Pero si se esfuerza por estar conscientemente alerta, podrá percibir que su propia vida es, en sí misma, Buda. Usted debe lograr percibir la naturaleza de su propia vida. Si no puede lograrlo, entonces cada vez que se le presente un problema sufrirá y se sentirá desesperanzado e indefenso. Pero cuando tome conciencia de que su vida es Buda, entonces no importa qué problema aparezca, surgirá una gran convicción y autoconfianza y sentirá: “Debido a que mi vida es Buda, puedo transformar esto en un gran beneficio”.

Cuando usted pueda profundizar esta convicción de que nuestra propia vida constituye la entidad de Buda tal como somos y somos en verdad seres perfectos, entonces frente a cualquier dificultad no experimentará ni temor ni ansiedad sino solamente que es una nueva oportunidad de transformarla en un mayor beneficio y que usted es capaz de convertir el sufrimiento en alegría. Sentirá un supremo optimismo y dejará de temer el futuro y de arrepentirse por el pasado. Nuestra vida es Buda y podemos transformar cualquier cosa y hacer que cualquier situación manifieste su budeidad inherente. Así, aún en medio de una situación de infierno, debido a que poseemos una profunda convicción en que nuestra vida misma es Buda, es que podemos manifestar esta convicción y la budeidad innata dentro del fenómeno o situación emergerá en consonancia con esta convicción.

La relación entre el Gohonzon y nosotros

Disertación del Vice Presidente de la SGI, Takehisa Tsuji, durante la Reunión de Orientación que tuvo lugar en el Centro Cultural de Los Ángeles, U.S.A., el 17 de abril de 1981
(Argentina Seikyo nro. 368 del 1/6/1983)

He sido muy afortunado por haber practicado por unos cuarenta años con el primer presidente de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi, el segundo presidente, Josei Toda, como también con el actual presidente Daisaku Ikeda.
Todos tenemos el mismo Gohonzon y practicamos de la misma manera; sin embargo, vemos que algunas personas reciben tremendos beneficios, a otros no les sucede mayor cosa, y aun hay otros que se encuentran con tremendas pérdidas.
¿Cuál es nuestra relación con el Gohonzon? ¿Cómo podemos practicar para obtener beneficios? ¿Qué es Nam-myoho-renge-kyo?
Nichiren Daishonin enseña que Nam-myoho-renge-kyo se encuentra dentro de todo el universo -hasta en el sol, la luna y las montañas, en árboles, plantas y rocas, en perros y gatos- y, naturalmente, en los seres humanos. La labor de Myoho-renge-kyo se encuentra en todos los fenómenos del universo.
Para explicarlo un poco mejor, quisiera darles un ejemplo. La razón por la cual ahora mismo pueden tomar notas es porque hay una luz que nos ilumina desde el cielo raso. Debido a que hay una luz allá arriba, podemos ver la función de la electricidad. La bombilla eléctrica fue desarrollada por Thomas Edison, quien entendió el principio de la electricidad. Podemos decir que la función del foco es iluminar nuestras caras, la alfombra y cada rincón de este recinto.
Siguiendo este mismo lineamiento, existe la teoría de las ondas electromagnéticas. No podemos ver estas ondas, pero hay una forma de percibirlas. Si encendemos la radio o el televisor, podemos oír las palabras o ver la imagen que proyectan estas ondas.
De la misma manera, existe una Ley de la vida, que tampoco podemos ver; sin embargo, como en los ejemplos anteriores, el principio toma forma y puede verse en el Gohonzon. Al igual que brilla la luz en todo el recinto, el beneficio del Gohonzon brilla por todo el universo.
Pero en vez de discutir sobre la Ley del Universo, me gustaría discutir la misma ley inherente en el ser humano. Si podemos entendernos nosotros mismos, entonces podemos entender el universo. Por consiguiente, si buscamos dentro de tan sólo una persona, podemos entender el universo. Nichiren Daishonin dice que lo importante es poder ver la obra de Nam-myoho-renge-kyo dentro de nosotros.
Como en el caso de la bombilla eléctrica o el televisor, todo lo que tenemos que hacer es encender el interruptor y automáticamente la luz o la imagen aparecerán. A medida que invocamos Nam-myoho-renge-kyo, el poder del universo surge de adentro de nosotros, como si estuviéramos encendiendo el interruptor mediante nuestra práctica frente al Gohonzon.
Cada vez que vemos una bella flor, ya sea una flor de cerezo o un crisantemo, sentimos la belleza de esa flor dentro de nosotros. La flor que está afuera hace brotar la naturaleza que viene de muy dentro de nuestra vida.
La isla de Hawaii y las cataratas del Niágara también están dentro de nuestro ambiente -el panorama está fuera de nosotros- pero el júbilo que sentimos al admirar el panorama viene desde muy adentro. Miramos la flor por fuera y la disfrutamos dentro de nosotros. Los discos y los pianos están fuera de nosotros, pero disfrutamos de la música que emiten, dentro de nosotros. Igualmente, cuando vemos un festival cultural en escena, nuestro deleite está dentro de nosotros.
De la misma forma, el Gohonzon, que está fuera de nosotros, hace surgir el júbilo que está dentro de nosotros. Y cuando establecemos una relación con el Gohonzon frente a nosotros, al invocar Nam-myoho-renge-kyo, ese Nam-myoho-renge-kyo que está dentro de nosotros emergerá.
Si miramos al Gohonzon y pensamos que está “allá afuera”, mientras invocamos el daimoku y nos decimos que “por hacer esto voy a conseguir algo”, somos iguales a un pordiosero que implora por limosna. Pero aún en estas circunstancias, probablemente recibiremos beneficios; no obstante, el tipo de beneficios que recibimos en esta forma será tan pequeño como la propina que le dejamos a un mozo, comparado con el costo total de la cena que nos ha servido.
Nichiren Daishonin nos enseña que no debemos buscar a Nam-myoho-renge-kyo fuera de nosotros mismos, sino más bien, hacer que Nam-myoho-renge-kyo surja de lo más profundo de nuestro ser.
El júbilo emana de lo más profundo -la oscuridad también-. Además, cuando estamos iracundos o histéricos, estos sentimientos brotan de adentro de nosotros, Cuando sentimos pena o tristeza por alguien, estos sentimientos surgen de nuestro fuero interno. Nam-myoho-renge-kyo también emana de adentro de nuestras vidas. Pero este Nam-myoho-renge-kyo que está por todas partes y dentro de nosotros es difícil de ver. El sutra explica que las cejas que están tan cerca de nuestros ojos son imposibles de ver.
De hecho, el Estado de Buda de Nam-myoho-renge-kyo está dentro de nosotros. Por consiguiente, es muy importante que cuando abrazamos la fe en el Gohonzon, tratemos de activar en un cien por cien ese Nam-myoho-renge-kyo con el mayor gozo. Entonces Nam-myoho-renge-kyo brotará naturalmente con fuerza desde dentro de nosotros
[1].
Por otra parte, si invocamos con la actitud de que es una pérdida de tiempo, muy poco de Nam-myoho-renge-kyo aparecerá en nuestras vidas. Y si directamente vamos en su contra, sólo encontraremos pérdidas.
Naturalmente, si podemos invocar Nam-myoho-renge-kyo con gran júbilo, veremos que Nam-myoho-renge-kyo emergerá con fuerza de lo más profundo de nuestro ser: esa será la oportunidad en la cual podremos activarlo en un cien por ciento.
Cuando invocamos Nam-myoho-renge-kyo al Gohonzon, el Gohonzon ante nosotros y el Nam-myoho-renge-kyo que está dentro de nosotros, se fusionan y entran en armonía. El Gohonzon que está fuera de nosotros es Nam-myoho-renge-kyo sin principio ni fin, el Nam-myoho-renge-kyo que emerge de lo más profundo de nuestro ser es de la misma naturaleza
[2]. Es la oración al Buda que hace emerger al Buda que está dentro de nosotros. Esto es fe.
Vivir es nuestra propia responsabilidad. A pesar de que somos responsables de nosotros mismos, el hecho sorprendente es que no nos podemos ver como realmente somos. Para poder ver nuestra propia cara nos colocamos ante un espejo: sólo así podemos observar nuestro propio rostro. Sin embargo, con ese espejo, no podemos ver nuestro fuero interno.
Al colocar al Gohonzon frente a nosotros e invocar Nam-myoho-renge-kyo, podemos pulir nuestro fuero interno. Al igual que nos acicalamos y ajustamos nuestra apariencia externa con la ayuda de un espejo, podemos hacer el gongyo para pulir nuestro fuero interno. De esta forma, estamos trabajando ambos aspectos.
Cuando logramos hacer emerger el Nam-myoho-renge-kyo que está dentro de nosotros, suceden dos cosas: una, que podemos curar cualquier clase de enfermedad; en otras palabras, hace las funciones de la medicina. Las medicinas recetadas usualmente funcionan para curar una enfermedad específica, o problemas físicos. Si tenemos problemas de la vista, usamos gotas para los ojos. Si estamos resfriados, tomamos algún remedio para el resfrío, y si tenemos dolor de estómago, hay una medicina especial para este mal. Ya sea que tengamos un dolor de cabeza, cáncer o una condición asmática, Nam-myoho-renge-kyo lo cura todo. El sutra que recitamos dice que es la mejor medicina.
Lo otro que sucede cuando Nam-myoho-renge-kyo aparece dentro de nosotros, es que actúa como un imán que atrae la felicidad. En el Gosho, Nichiren Daishonin escribió: «Aquéllos que creen en el Sutra del Loto, acumularán fortuna de más de diez mil millas...». si queremos dinero, podemos orar por éste, si queremos una casa, podemos orar por una también; y si estamos sin empleo, entonces la oración nos conducirá hacia una nueva ocupación o empleo. Si queremos contraer nupcias, eventualmente encontraremos a la pareja. Todo lo que queremos podemos llamarlo con Nam-myoho-renge-kyo. Mientras más confianza y júbilo tengamos, más fuerte se tornará el imán.
De modo que si hacemos el gongyo y sentimos que ése es el momento más feliz de nuestra vida, entonces recibiremos una tremenda cantidad de beneficios.
Además, si podemos hacer emerger este Nam-myoho-renge-kyo, vamos a encontrar un beneficio mayor
[3]. Este beneficio es que llegamos a darnos cuenta de que nuestras vidas son eternas. Y, también, a medida que surge el Nam-myoho-renge-kyo, veremos que dentro de nuestras vidas existe una gran felicidad, ya sea que estemos dormidos o despiertos, vivos o muertos. Por ende, podemos sentir que todo está bien si estamos despiertos, dormidos, vivos o muertos. Una frase del sutra dice: “Jo rakku ga jo”, que puede interpretarse como “Siempre estoy feliz y siempre estoy puro”.
Cuando invocamos daimoku, podemos vencer a todas las causas negativas del pasado o al mal karma. También podemos superar todas nuestras dificultades del presente. De igual forma, hallaremos buena fortuna en el futuro.
Algo que debemos percibir es que, si estamos enfermos, podemos combatir la enfermedad haciendo emanar la condición de vida más saludable del Estado de Buda que radica dentro de nosotros; si somos pobres, podemos hacer el imán más fuerte y ganar riquezas.
El beneficio de Nam-myoho-renge-kyo cuando dormimos es que podemos dormir profundamente y descansar bien. Y al morir, podemos decir, con total confianza en la eternidad de la vida y nuestra fortuna de poder renacer con el Gohonzon: “Muchacho, estoy agradecido de estar muerto”. Debido a que esta condición de vida altamente armoniosa se ha establecido dentro nuestro, naceremos nuevamente como seres humanos -muy rápidamente-.
Es una gran fortuna nacer como seres humanos. Pero, aunque nazcamos como tales, si no encontramos el Gohonzon, éste es un infortunio. Por otro lado, si conocemos al Gohonzon, esta es una gran buena fortuna. El hecho de que podemos encontrar al Gohonzon, es debido a que, primero que todo, Nichiren Daishonin lo legó a toda la humanidad. Otro punto que debemos apreciar es que nacemos como seres humanos gracias a nuestros padres. De igual forma, porque hay una organización llamada Soka Gakkai hemos podido encontrar al Gohonzon. Por todas estas personas y su dedicación, podemos practicar. A medida que recitamos las oraciones silenciosas al hacer el gongyo, debemos mostrar nuestro aprecio a todas estas personas y, con este agradecimiento, luchar por lograr nuestro objetivo del kosen-rufu.
Naturalmente, cuando Nam-myoho-renge-kyo, que está dentro de usted y el Gohonzon frente a usted se fusionan, usted y el Gohonzon se convierten en uno. Cuando esto sucede, todo su cuerpo se torna en el trabajo de Nam-myoho-renge-kyo. Esto es lo que quiere decir el término Kan’no myo. Por ejemplo, tenemos una carga eléctrica dentro nuestro, y hay una carga eléctrica en los truenos. Cuando estas dos hacen contacto, decimos que nos electrocutamos. Otro ejemplo sucede cuando dos personas se enamoran.
El Nam-myoho-renge-kyo de nuestro interior no tiene color ni forma: sólo tiene su función. El Nam-myoho-renge-kyo externo [el Gohonzon] tiene las características del Buda Original y hace la labor del Buda Original. Debido a que no tiene color ni forma, no podemos ver el Nam-myoho-renge-kyo que está dentro de nosotros. Cuando oramos al Gohonzon e invocamos el daimoku, el Nam-myoho-renge-kyo del Gohonzon se fusiona con el Nam-myoho-renge-kyo que está dentro de nosotros y “estalla”. Cuando esto sucede, todo en nuestro cuerpo -desde la punta de los cabellos sobre nuestra cabeza hasta las uñas de nuestros pies- se convierte en Nam-myoho-renge-kyo. En este momento, nuestra cabeza es MYO; nuestro cuello es HO; nuestro pecho se convierte en REN; nuestro vientre es GE, y nuestras piernas en KYO. Nichiren Daishonin enseñó que este «cuerpo de cinco pies» puede convertirse en Myoho-renge-kyo. Cuando nuestro cuerpo se convierte en Nam-myoho-renge-kyo, esto es iluminación.
A continuación, desearía compartir con ustedes algunas experiencias de los miembros que he conocido en Japón. Conocí a una señora que padeció tremendos dolores de cabeza a lo largo de quince años sin poder curarlos. Me preguntó cómo podía quitarse esos dolores de cabeza. Le expliqué que debido a que sus pensamientos eran heréticos, ella sufría de dolores de cabeza. Le dije: “Usted es un miembro de la Soka Gakkai, así que no existe razón alguna por la cual esté practicando una enseñanza herética”. Mucho antes de que se convirtiera en miembro, sus padres habían practicado en la secta Shingon del budismo. La única razón por la cual ella padecía dichos dolores de cabeza era porque su familia había practicado enseñanzas heréticas, lo cual quedó como un residuo en su vida y le provocó este problema. Para que podamos remover los residuos, nuestros cuerpos deben convertirse en Nam-myoho-renge-kyo y esto no puede suceder sin confianza y alegría. De este modo, la alenté a invocar Nam-myoho-renge-kyo para que penetrara en su cuerpo.
Esta señora era una peinadora. Debido a su condición física, antes sólo podía trabajar diez días por mes: ahora sus dolores de cabeza han desaparecido, puede disfrutar de la vida a plenitud y gana tres veces más que antes.
En Tokyo, conocí a un hombre que tenía cáncer de garganta. Lo alenté diciéndole que la garganta corresponde a ho de Myoho-renge-kyo y que él debía invocar Nam-myoho-renge-kyo esforzándose por limpiar su garganta. Decían que debía operarse, pero invocó daimoku sinceramente por espacio de veinte días: cuando regresó al consultorio de su médico, su cáncer había desaparecido.
Otra miembro que conocí estaba muy preocupada a causa de su cáncer de mama. Le expliqué que el pecho era ren de Myoho-renge-kyo. Le dije que mirara al Gohonzon entronizado en su altar y que invocara hasta hacer emerger el Nam-myoho-renge-kyo que estaba dentro de ella utilizando el daimoku como una grúa, para “arrancar verdaderamente la basura”. Al cabo de un mes, pudo resolver su problema.
Hay muchas personas que padecen de cáncer de estómago o de útero y a veces sus casos son extremos. Les he dicho a estas personas que si no tienen un Gohonzon en el hospital, que lo imaginen en sus mentes e invoquen daimoku. Si están postradas en cama, el mero hecho de que ellos piensen en el Gohonzon, constituirá la causa para que la vida de Nam-myoho-renge-kyo emerja de su ser.
Cuando imaginamos una fruta ácida, nuestros labios se contraen. Aún si hemos perdido a nuestros padres, con sólo pensar en ellos podemos revivir los momentos que vivimos juntos. En la vida cotidiana, si practicamos sinceramente el Budismo Verdadero, entonces en el momento crucial podremos visualizar el Gohonzon y la vida de Nam-myoho-renge-kyo comenzará a brotar.
Hace poco fui a Hiroshima, donde conocí a una señora de 37 años que temía la proximidad del invierno porque sus piernas se enfriaban muchísimo cuando el tiempo era frío. Usaba tres pares de medias, botas y hasta una manta eléctrica. Cuando la vi, la alenté para que invocara Nam-myoho-renge-kyo y pensara en enviarlo a la punta de sus pies, tal como si estuviera haciendo una transfusión de Nam-myoho-renge-kyo a su sangre. Se sentó frente al Gohonzon y, con mucho cuidado, tomó la decisión de enviar este Nam-myoho-renge-kyo hasta la punta de los dedos de sus pies: asombrosamente, luego de veinte minutos, sus piernas se calentaron y, a partir de aquel entonces, sólo necesita usar un par de medias durante el invierno. Esto les sonará como un cuento de hadas; no obstante, es la experiencia vivida por ella.
En otra oportunidad visité la isla de Hokkaido, en donde conocí una abuela de ochenta años cuya espalda se encontraba muy encorvada. Debido a la mala condición de su columna vertebral, no podía ver al Gohonzon. Cuando se arrodillaba para orar, sólo alcanzaba a ver sus propias manos. La motivé diciéndole: “Si no puede ver al Gohonzon, haga que el Gohonzon de Nam-myoho-renge-kyo emane de adentro suyo. Envíe Nam-myoho-renge-kyo a su columna vertebral con la mayor sinceridad”. Le dije que el dolor de su espalda, con toda seguridad, desaparecería esa misma noche. Se sintió muy alentada y partió hacia su casa. Al otro día, cuando despertó, su espalda estaba recta. El día anterior casi no podía caminar y, al día siguiente, casi podía correr.
Cierta vez conocí a otra anciana que me dijo que, cuando escuchó mi orientación a través del relato de su hijo, invocó daimoku con la actitud correcta y el dolor de su espalda también desapareció. Otra persona que había sido ciega por veintiún años, pudo ver nuevamente después de seguir la orientación.
Nam-myoho-renge-kyo está listo y esperando dentro de nosotros: es igual a una autobomba en el cuartel de bomberos, lista para partir. Pero no tiene ni forma ni color, de modo que es imposible verlo. Y sólo existen ciertas y determinadas razones por las cuales una autobomba se moviliza: este vehículo solamente sale del cuartel si alguien le “dice” dónde debe ir y en qué calle en particular ocurre un incendio. Por ejemplo, una autobomba no se mueve sólo porque hay una disputa familiar suscitándose en algún lugar de la ciudad. Del mismo modo, la única forma en que podemos hacer emerger esta vida de Nam-myoho-renge-kyo es invocando Nam-myoho-renge-kyo.
En pocas palabras, si llamamos a alguien por su nombre, éste responderá. Cuando estamos en problemas, es como si nos ocurriera un incendio; cuando tenemos los ojos enfermos, es como si estuvieran ardiendo. Si padecemos artritis, sentimos como si nuestras piernas y manos estuvieran en el fuego. Las únicas autobombas que pueden extinguir los incendios que ocurren dentro de nuestras vidas son las de Nam-myoho-renge-kyo. Nichiren Daishonin nos alienta a tener una fe pura, como la corriente del agua. A pesar de encontrarse con obstáculos, el agua siempre encuentra la forma de fluir constantemente. De todas maneras, debemos practicar pura y constantemente, igual a una corriente de agua.
El agua también sirve para apagar incendios. Cuanto más fuerte sea nuestra fe, más autobombas aparecerán dentro nuestro. Si tenemos una fe débil, será como si tan sólo una autobomba viniera en nuestra ayuda. También será como si la manguera es demasiado angosta y tomará más tiempo sofocar el fuego. Naturalmente, cuando invocamos Nam-myoho-renge-kyo al Gohonzon encontramos al Nam-myoho-renge-kyo que surge desde lo más profundo de nuestro ser, derramándose por nuestras entrañas: es tan poderoso como el rugido de un león.
Diversas enfermedades, tales como el cáncer o la diabetes, son equiparables a pollos o conejos que se encuentran dentro nuestro: cuando el león ruge, los pollos y los conejos se asustan de manera tal que no pueden ni moverse siquiera. En otras palabras, cuando invocamos Nam-myoho-renge-kyo, la enfermedad súbitamente deja de avanzar. Cuando se detiene, todo lo que tiene que hacer el león es aproximarse y comérsela. De la misma manera, así de fácil pueden vencer sus enfermedades.
Las personas que sufren problemas económicos deben practicar de manera que puedan fortalecer el imán de su fortuna. Lo importante es saber que, cuando invocamos daimoku, tenemos más poder que el obstáculo.
Un responsable que se encontraba al frente de una reunión de diálogo y que tenía como profesión la de relojero, había venido practicando el budismo por veinticinco años. Les dije a los asistentes que invocando Nam-myoho-renge-kyo podemos convertirnos en imanes y así atraer una infinita buena fortuna hacia nosotros. El responsable, al oír esta afirmación, tomó la determinación de que, a partir de ese día, asumiría la actitud de un miembro nuevo e invocaría diariamente una hora de daimoku. Al día siguiente vendió muchos relojes. A pesar de que sus relojes eran muy costosos y raros, comenzaron a venderse. Entonces me dijo: “He practicado por veinticinco años y no creo que intencionalmente diera orientaciones equivocadas. Ahora, recién después de veinticinco años, he contemplado retrospectivamente la forma en que he venido practicando”. En otras palabras, se dio cuenta de que, a pesar de haber estado practicando durante por tantos años, su entendimiento del verdadero poder de Nam-myoho-renge-kyo había sido limitado y valoró profundamente esta nueva comprensión.
Conocí a una persona de 67 años que no había podido hablar desde que tenía dos años. Después de recibir mis orientaciones y de invocar Nam-myoho-renge-kyo, pudo hablar nuevamente. Todas estas personas habían hecho gongyo de manera constante, pero la razón por la cual no habían podido resolver sus problemas hasta que las orienté, era porque estaban invocando daimoku pensando que la enfermedad no se curaría. Lo importante es invocar Nam-myoho-renge-kyo con la convicción de estar limpiando nuestro fuero interno a medida que lo recitamos. Si tenemos problemas económicos o problemas de relaciones familiares o con nuestros hijos, debemos tomar conciencia de que estos se deben a la tendencia fundamental de nuestra naturaleza que está profundamente relacionada con nuestras calumnias del pasado. Por lo tanto, es importante que nos demos cuenta de que constituye nuestra propia responsabilidad. Y en la medida en que comprendamos que somos totalmente responsables por haber cometido estas calumnias, podremos sentarnos frente al Gohonzon e invocar daimoku de arrepentimiento desde lo más profundo de nuestros corazones.
Considero igualmente importante que nosotros, como miembros que hemos practicado el budismo, tomemos la responsabilidad de todas las causas cometidas, y no solamente las nuestras, sino también aquéllas de nuestros ancestros, por más que ellos ignoraran las calumnias que cometieron. De esta manera, podemos invocar por ellos para que también puedan transformar su karma. Además, podemos invocar daimoku con la actitud de que a través de nuestras oraciones al Gohonzon, sea por una nueva casa, sea por nuestro trabajo o por nuestra salud, podamos contribuir a la causa del kosen-rufu. Determinen frente al Gohonzon: “Por el kosen-rufu, voy a resolver estas dificultades”. Así, los dioses budistas nos protegerán, basados en nuestra oración por el kosen-rufu. Si no pensamos en el kosen-rufu y solamente invocamos Nam-myoho-renge-kyo, nuestros beneficios serán pocos. Los beneficios que derivan de nuestras oraciones basadas en el kosen-rufu, son tan dinámicos como si voláramos en un avión, mientras que invocando únicamente por nuestro propio bien, es tan lento como si camináramos en función de recibir beneficios.
Es también muy importante practicar sin sentir resentimiento hacia otras personas. Además, no debemos menospreciar a los demás ni utilizar ningún medio autoritario para degradar a ninguna persona.
Debido a que esperamos que los beneficios provengan del Gohonzon, recibimos muy poco o casi nada. El sincero deseo del Gohonzon no es ni más ni menos que aquél que hacemos surgir a través del Nam-myoho-renge-kyo desde lo más profundo de nuestro ser. Si pueden invocar Nam-myoho-renge-kyo y hacer que fluya dentro de ustedes impregnando todo su cuerpo, entonces podrán comprender cuan poderoso es el daimoku.
Si realmente pueden comprender lo que les he dicho, sentirán una alegría tan grande que les ayudará a invocar daimoku con agradecimiento. Cuando invocamos, todo nuestro cuerpo se convierte en el equivalente de Nam-myoho-renge-kyo: podemos afirmar que el Gohonzon entronizado en nuestro altar es el padre y el Nam-myoho-renge-kyo que emerge desde adentro nuestro es el hijo.
Espero que todos ustedes logren gran confianza y alegría de modo tal que puedan guiar y ayudar a los miembros dentro de nuestra organización. n


[1] Significa que existe un ciento por ciento de Nam-myoho-renge-kyo activado. Entonces, también debe existir un cero por ciento de Nam-myoho-renge-kyo activado, y también debe existir un menos diez por ciento de Nam-myoho-renge-kyo activado. Es muy importante que, a través de esta orientación, encontremos la diferencia entre estos distintos porcentajes. Es decir, al estudiar esta orientación, la “pregunta del millón” es: «¿Cómo hacer que emerja y se manifieste en nuestra vida el cien por cien del poder de Nam-myoho-rengue-kyo?». La respuesta, por cierto, yace en estas líneas. Por favor, estudiémoslas con verdadero espíritu de búsqueda.

[2] El Nam-myoho-renge-kyo que emerge desde lo más profundo de nuestro ser también es Nam-myoho-renge-kyo sin principio ni fin.

[3] Ya son, con éste, tres los beneficios.

Desafiar nuestra debilidad es la llave para creer en nosotros mismos

Por Linda C. Johnson, SGI – USA Vice General Director, Los Ángeles (publicado en “Living Buddhism”, Enero 2003)
Traducido gentilmente por: Elizabeth Ryske (SGI Argentina)

“Tuve que preguntarme a mí misma si verdaderamente creía en el poder de mi oración para romper con mis propios miedos e inseguridades”.

Deseo quererme a mí misma incondicionalmente. Deseo abrazar cada parte de mí. Deseo creer sin reservas que mi vida es Nam-Myoho-Renge-Kyo en sí misma. Mi desafío es creer esto frente a las realidades de mi vida diaria. Es un esfuerzo, creo, que todos enfrentamos cada día.

Cuando me disponía a escribir este artículo, emergieron mis más profundos miedos e inseguridades. “¿Qué podría decir que pueda inspirar a alguien?”. Estos sentimientos se fueron apoderando de mí, y en consecuencia no pude escribir ni una palabra. Volví a orar, para ser capaz de escribir un artículo que pudiera dar coraje a otros y ayudarlos a romper con los puntos muertos en sus vidas. Pero mis dudas persistían. Batallé contra ellas continuamente, durante todo el día, y cada vez surgían apenas me sentaba a cantar daimoku frente al Gohonzon. A pesar de lo que estaba sintiendo, puse toda mi vida en alentar a otros durante las reuniones y las sesiones de orientación. Les dije que, con fe, ellos tenían el poder de lograr cualquier cosa. Mientras tanto, yo permanecía estancada. Como una respuesta a mi ferviente oración, comprobé que nunca hubiera sido capaz de escribir nada mientras me permitiera sostener la duda sobre mi habilidad para escribir un artículo alentador. Me remití a “Respuesta a Kyo´o”, uno de mis escritos favoritos de Nichiren Daishonin, en el cual nos dice : “Crea en este mandala con todo su corazón. Nam-Myoho-Renge-Kyo es como el rugido de un león. Entonces, ¿qué enfermedad puede ser un obstáculo?” (The Writings of Nichiren Daishonin, pág . 412).

Tuve que preguntarme a mí misma si verdaderamente creía en el poder de mi oración para romper con mis propios miedos e inseguridades. Oré sinceramente para confiar en lo que Nichiren Daishonin me estaba diciendo. También oré para tener una confianza inamovible de que basándome en la fe podría superar mis dudas y escribir un artículo inspirador. Mis temores, como siempre, no desaparecieron instantáneamente. Hubo momentos mientras invocaba en los cuales sentí que cada célula de mi cuerpo deseaba huir. La televisión me llamaba, sonaba el teléfono, tenía cosas que hacer. Volví a “Respuesta a Kyo´o”: “Una espada es inútil en manos de un cobarde. La poderosa espada del Sutra del Loto debe ser empuñada por un valiente en la fe. Éste será fuerte como un demonio armado con una barra de hierro. Yo, Nichiren, inscribí mi vida en tinta sumi, así que crea en el Gohonzon con todo su corazón”.(WND, pág. 412).

Ésta era mi respuesta. Debía reunir el coraje para enfrentar mi temor. No importa cuán penosa fuera mi situación actual, no debería retroceder. Durante días continué desafiando mi inseguridad a través de la oración mientras me iba sumergiendo en actividades para ayudar a los demás a superar sus problemas. Entonces, el día anterior al estipulado para la entrega del artículo, tuve mi revelación. Comprendí finalmente por qué había estado atravesando esta agonía. La cuestión en sí no era el artículo. Necesitaba enfrentarme con mi propia duda y la carencia de creer en el poder inherente en mí para desafiar y vencer mis temores e inseguridades.

Así sea que estemos escribiendo un artículo, enfrentando una enfermedad, estando al final de un trabajo o buscando una pareja, el proceso es el mismo. Debemos transformar nuestras debilidades en fortaleza. Debemos enfrentar nuestros sufrimientos y triunfar sobre ellos. Esta experiencia se convirtió para mí en el catalizador respecto a cómo explicar que a través de la fe uno puede transformar los desafíos de las situaciones de la vida diaria en oportunidades para el crecimiento. Esto, yo creo, es la esencia del concepto de la unidad del bien y el mal.

El Budismo de Nichiren dice claramente que cada cosa y cada persona tienen simultáneamente un lado bueno y un aspecto demoníaco. Sé que algunas personas tienen inmediatamente una negación ante la palabra demonio. Que es también sinónimo de las palabras egoísmo y egocentrismo. La vida es una constante batalla entre estas dos fuerzas opuestas del bien y el mal. En otras palabras, cuando manifestamos nuestra Budeidad, esto no significa que nuestro lado egocéntrico desaparece. Al contrario, nuestra habilidad para descubrir más de nuestro potencial está directamente relacionada con nuestra habilidad para crear valor utilizando ese mismo lado egocéntrico antes que permitir que éste nos afecte negativamente. En otras palabras, el impacto que el egocentrismo, ya sea el propio o el de los demás, tenga sobre nosotros, está basado en nuestra respuesta al mismo.

En “Webster´s New World Dictionary” una de las definiciones de responder es “tener una reacción positiva o favorable”. Esta definición concuerda con el Budismo de la Verdadera Causa. No podemos cambiar el pasado. En este momento, como siempre, con nuestros pensamientos, palabras y acciones, estamos creando nuestro futuro. En este momento, a través de nuestros actos, tenemos la oportunidad de cambiar cualquier cosa. ¿No es éste el significado de la Verdadera Causa? Producimos cambios según cómo respondemos a nuestras circunstancias. Por ejemplo, en vez de tener una respuesta automáticamente negativa ante una difícil situación, debemos, como dice la definición “tener una reacción positiva o favorable” para así crear aquello que estamos buscando.

Muchos de nosotros pensamos que si no hacemos nada, el problema desaparecerá por sí solo. No es el caso. Aún si pareciera alejarse por un tiempo, regresará más grande y más fuerte.
El Presidente Ikeda explica que: “La fortaleza de nuestra fe transforma el sufrimiento en alegría, como un viento de cola que impulsa nuestro más amplio avance. Esto es lo que enseña el capítulo ´Devadatta´. Nichiren Daishonin dice: ´Devadatta era el mejor amigo de El Que Así Llega Shakyamuni. En esta época, los más poderosos enemigos, más que los aliados, son los que nos ayudan a progresar´ (WND, pág. 770).”

Para obtener la Budeidad, debemos conquistar a nuestro propio demonio interior. Los medios para hacerlo son luchar y derrotar al demonio externo.
Esto nos permite pulir y purificar nuestras vidas y alcanzar la Budeidad. Porque nos esforzamos por contrarrestar el demonio fundamental, obtenemos el bien fundamental. (“La Sabiduría del Sutra del Loto”, vol. III, pág. 84).
En otras palabras, la unidad del bien y el mal significa que donde el demonio existe, hay un potencial para el bien, y donde el bien existe, hay un potencial para el demonio. Que el mal se transforme en bien es totalmente dependiente de nuestra reacción ante ello. ¿Usamos nuestras circunstancias como una justificación para nuestras fallas, o usamos nuestras circunstancias como una oportunidad para desarrollar nuestra fortaleza? Así es que desafiamos al aspecto demoníaco con el espíritu de crear valor a través de ello, y la función demoníaca entonces nos impulsa hacia delante. Se convierte en catalizador de nuestro crecimiento. “Si las funciones demoníacas nos revelan el bien, entonces el demonio se transforma en algo bueno. Esto es verdaderamente la unidad del bien y el mal. Pero si permitimos simplemente que el demonio siga su curso, entonces no se convertirá en bien. Solamente cuando es desafiado y conquistado se convierte en la entidad de la unidad del bien y el mal” (“La Sabiduría del Sutra del Loto”, vol. III, pág. 83).

En nuestras vidas individuales, este principio se aplica incluso a la situación que enfrentamos con la Nichiren Shoshu. Vivimos un tiempo histórico, en el cual tenemos la oportunidad de probar la corrección del Budismo de Nichiren a través de nuestra respuesta. Nikken está cambiando las enseñanzas de Nichiren proclamando, por ejemplo, que la gente sólo puede alcanzar la iluminación a través de él. ¿Vamos a permitir que Nikken cambie las enseñanzas? ¿O vamos a asegurar, a través de nuestros esfuerzos, que cada uno tenga la posibilidad de practicar el Budismo correctamente, como enseñó Nichiren?¿Vamos a probar que Nikken está equivocado, mostrando el innegable crecimiento de las vidas de los miembros de la SGI a través del mundo?

Felicidad, desde la perspectiva del Budismo de Nichiren, no es un estado de vida en el cual no hay problemas. Por el contrario, encontramos la felicidad en desafiar y vencer nuestros problemas. Creo que la felicidad que buscamos es el sentimiento que aparece cuando cruzamos la línea de llegada, aunque nuestro corazón esté latiendo desaforadamente, nuestros pies lastimados y los pulmones sientan que están a punto de explotar. Ese sentimiento de triunfo contra toda desigualdad es un estado de alegría que nadie puede darnos, no importa lo mucho que nos amen. Es un estado al que sólo podemos acceder a través de nuestro propio esfuerzo.
Este estado de felicidad es también alcanzado a través de nuestros esfuerzos por ayudar a los demás. Continuamente encuentro que en cualquier parte, cuando doy lo mejor de mí para alentar a otra persona en la fe, no importa cómo yo misma me sienta, mi estado de vida se transforma positivamente. Dar a los demás expande nuestras vidas en maravillosos y a veces inimaginables caminos.

Debemos, entonces, perfeccionar nuestra práctica para nosotros y para los demás. Ambos aspectos son partes esenciales de nuestra práctica. No sólo debemos desafiar nuestras propias debilidades, debemos usar nuestras vidas para ayudar a otros a vencer. Por ejemplo: ¿tomamos la responsabilidad de ayudar a nuestros amigos en la fe a lograr una victoria? ¿oramos para que esto ocurra? El máximo crecimiento requiere que perfeccionemos ambos aspectos de nuestra práctica.
Al respecto, debo mencionar que últimamente he encontrado varios miembros que están estancados en lo que yo llamo una práctica de mantenimiento. Están cómodos, aún si esto significa que prácticamente les da lo mismo estar cómodos o incómodos. Ellos perdieron su espíritu de búsqueda, la voluntad de enfrentar nuevos retos. No tienen objetivos personales. Esta es una peligrosa condición porque, según mi propia experiencia, nos priva de la pasión y el entusiasmo por la vida. Al comienzo no nos damos cuenta de lo que está sucediendo, y para el momento en que tomamos conciencia de que nuestras vidas están perdiéndose de algo, nuestra apatía está tan desarrollada que parece casi imposible el cambio.

No hay neutralidad en la vida. En cada momento estamos avanzando o retrocediendo. Necesitamos metas, objetivos. Ellos son lo que nos mantiene vivos y profundizan nuestra comprensión de este Budismo. Después de todo, ¿cómo podemos ver el cambio si no tenemos un referente para medir el crecimiento? Desafiarnos y concretar los objetivos son los medios a través de los cuales nos probamos ante nosotros mismos y ante los demás el poder de la Ley Mística.

Creo que el desafío ante cada ser humano es la habilidad de demostrar amor verdaderamente, y creer en uno mismo. Lo que aprendí al enfrentar mis inseguridades y temores durante el proceso de escribir este artículo, es que no necesito quitarme de encima mi debilidad. En cambio, debo entrenarme para aprender a usarla como motivación para crear un cambio positivo en mi vida. El poder para hacerlo posible es una oración sincera basada en una poderosa determinación. La oración hace que consideremos posible algo que normalmente parecía imposible.

Estoy segura de que conocen la canción “Wind Beneath My Wings” (“El viento en mis alas”). La negatividad y los obstáculos pueden ser el viento en nuestras alas que nos impulsa a elevarnos cada vez más alto. Ver a los desafíos de esta manera, puede hacer que repensemos nuestro modo de vivir. Estoy convencida, como siempre, que vivir de esta forma es la llave para experimentar una existencia plena y llena de alegría; una existencia en la cual lleguemos a conocer y creer que Nam-Myoho-Renge-Kyo es la vida misma.

El éxito es triunfar sobre los desafíos. Debemos desafiarnos a nosotros mismos a hacer cada cosa que pensemos que no podemos hacer. Solamente entonces estaremos en camino de entender que no hay nada a lo que debamos temer, porque con la Ley Mística como base podemos transformar toda debilidad en fortaleza. Siendo así, pienso que tanto ustedes como yo estamos en el camino correcto.